“Buenaventura necesita más beneficios tributarios para que llegue la inversión”

Quien visita a Buenaventura se encuentra con un mundo de contrastes. Por un lado, es el lugar que aloja uno de los puertos más importantes de Colombia (por ahí se moviliza 45% de la carga internacional que se mueve en el país) y de América Latina; y por el otro lado, es donde se ubica una de las poblaciones más pobres de Colombia, pues, en estimaciones del Dane, 82% de la población bonavorense encuentra en extrema pobreza, y 42% en la miseria total.

Un fenómeno que desde distintas perspectivas y análisis termina hallando no una, ni dos, sino todo una compilación de factores que unidos generan ese abismo socioeconómico. Precisamente, una de las aristas la expone Víctor Julio González, director ejecutivo del Comité Intergremial e Interempresarial de Buenaventura (CIB).

¿Cómo está el desarrollo productivo en Buenaventura, y cómo está conformado el tejido empresarial?
Posterior a los dos años de pandemia, Buenaventura apenas está tratando de reactivarse en sus diferentes eslabones de la actividad productiva. La economía en esta región está compuesta por microempresarios, tenderos, comerciantes, y realmente la actividad más grande proviene del sector logístico y portuario.

¿Cuáles son los problemas actuales que usted identifica que retrasan el desarrollo de la ciudad?
Uno, es que en Buenaventura existe un alto nivel de informalidad, lo que dificulta el acceso a los diferentes créditos. Otro asunto importante es el de las consultas previas, porque a las comunidades no le hemos sabido vender la inversión para potenciar a Buenaventura. Pero lo más importante, y que sin esto no se puede dar nada de lo anterior, es la urgencia por satisfacer las necesidades básicas de las personas en Buenaventura. Esto es garantizarles su derecho a la salud, educación y servicios públicos de calidad.

¿Qué condiciones mínimas se deben dar para que Buenaventura despegue?
Se debe dar una actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), el último que se tiene se hizo en 2021; es decir, se queda obsoleto frente a las nuevas necesidades. También es clave la seguridad ciudadana y la jurídica. Es muy necesario, por ejemplo, mejorar y aumentar los incentivos tributarios para que la inversión llegue a la ciudad, ya que se queda corta en competitividad frente a otras zonas productivas de la región.

¿Cómo va el problema del sistema de dragado en el Puerto?
Uno de los obstáculos es que el Gobierno ha manifestado no tener los recursos para realizar la obra. En este momento hay una empresa privada realizando los estudios de procedimiento y pronto presentará la factibilidad del proyecto y su costo. Así como van los tiempos, este sistema puede estar para 2024.

¿Qué programas están liderando para ir reversando los problemas de la ciudad?
Una de las tareas que adelantamos junto con el Comité es apostarle a la formalidad del empleo. Para que Buenaventura explote su potencial deben unirse el sector público y privado. Hay un gran propósito de poder reactivar la economía de Buenaventura; le buscamos una marca ciudad a Buenaventura.

¿Cómo está la inversión en Buenaventura?
Las inversiones no son cuantiosas. Pero están llegando empresas extranjeras en el sector logístico. Hay muchas visitas de empresas de turismo de naturaleza queriendo montar un hotel resort y un aeropuerto comercial.

¿Cómo los ha afectado la crisis en la cadena de suministro?
Entre el año 2019 y 2021 Buenaventura perdió cerca de 30% de los contenedores que movilizaba.

El balance general de la actividad comercial que se ha reactivado
En Buenaventura se han reactivado importaciones sectores como el del acero, los insumos para el campo y los fertilizantes, estos últimos con altos costos por los fletes marítimos; también los cereales como el maíz, el trigo y la torta de soya. Pero han tenido afectación los productos como el azúcar y el café. Hay un nuevo repunte de empresas queriendo invertir en el sector logístico; mientras que en el de comercio aún no alcanza unos niveles importantes. El volumen de la carga que se transporta en el Puerto creció 21% el año pasado, comparado con 2020.