"Con las reservas de hoy, Colombia pasó de un escenario de abundancia a la escasez"
viernes, 29 de septiembre de 2023
Carlos Alberto Mazeneth, gerente general de Efigas, se refirió a los desafíos del sector y su preocupación por 9,6 millones de colombianos en pobreza energética
Cada día se conocen noticias de empresas que tienen como eje el plan de descarbonización, todas enfocadas en el gran objetivo de cero emisiones de 2050 y de una fuerte reducción a 2030. Desde Pereira, durante el Foro LR “La ruta hacia la descarbonización”, Carlos Alberto Mazeneth, gerente general de Efigas, dijo que “Nos parece importante despertar la conciencia de lo que para más de 11 millones de familias colombianas y más de 210.000 industrias y comercios del territorio nacional, puede significar el paso hacia nuevas energías de forma acelerada”.
El ejecutivo se enfocó en cómo el “gas natural cambia la vida, genera un impacto directo en la salud, la economía y el medio ambiente, por la llama eficiente y segura que facilita la cotidianidad al disminuir el tiempo para cocinar y eliminar prácticas como el corte de leña en zonas rurales”.
Ante los bajos niveles de reservas, probadas actualmente para 7,5 años “pasan a Colombia de un escenario de abundancia a otro de escasez, lo que hace clave continuar con los contratos de exploración para tener reservas propias, o en su defecto considerar la posibilidad de importarlo para sostener el objetivo primordial de asegurar el abastecimiento y la calidad de vida de las poblaciones” insistió.
Opciones y antecedentes
Mazeneth hizo referencia a cómo las opciones de gas licuado, exploración costa afuera e importación y la construcción de la planta de regasificación del pacífico, “son medidas responsables y urgentes, que se deberían proyectar y gestionar para iniciar en el menor tiempo posible, después de constatar recientemente en esta región y el sur occidente del país, lo que podría generarse por una suspensión del suministro”.
Según la presentación del experto, “el fenómeno natural en la montaña de Cerro Bravo, a finales de mayo de este año, desacomodó y angustió a más de 2 millones de familias en Colombia, miles de industrias, establecimientos comerciales y transportadores, que vivieron esta coyuntura, como un evento de retroceso, parálisis y riesgo económico por las afectaciones a cada uno de los mercados que atendemos las empresas distribuidoras de gas natural en estas regiones”.
Pobreza energética
Según un reciente estudio socializado por Promigas, sobre el índice multidimensional de pobreza energética, 18,5% de la población en Colombia, específicamente cerca de 9,6 millones de colombianos, viven en situación de pobreza energética, y más preocupante aún esta carencia en la zona rural remota, que es de 47,9% 11 veces más grande que en los centros urbanos que es de 4,3%.
Mazeneth ve que “este índice de privación de energía, estructurado por la firma Inclusión, demuestra cómo el acceso a los bienes públicos y privados permiten usar la energía como medio para las realizaciones del ser humano. (...) la energía es un pilar fundamental para el bienestar de las personas, no se queda solo en la funcionalidad, sino en el impacto generalizado que da en cuanto a equidad, relacionamiento con el entorno, percepción de mayor poder adquisitivo, tiempo libre y armonía, aspecto que evidenciamos en una zona como el Eje Cafetero” dijo.
Desde Efigas enviaron el mensaje sobre cómo los mismos usuarios agradecen cuando aprovechan el servicio, el gerente de la empresa se refirió a esos mensajes que ha escuchado como, “gracias a dios tengo gas, cumplimos el sueño de tener gas natural, la vida me la cambio el gas natural, ya podré dormir un ratico más, entre otras cosas que se pueden traducir como vida digna”.
Se puso sobre la mesa el ejemplo de algo que ocurrió este año, puntualmente en una vereda de Chinchiná, Caldas, “una comunidad de 300 habitantes celebró que se encendiera la llama de la alegría, mujeres del campo que cumplen labores propias de sus condiciones expresaban que esa nuevo red era la oportunidad para dedicarse a otras cosas, mientras en el Colegio Manuela Beltrán la rectora Rocío Manrique festejaba la ampliación de cupos al plan de alimentación escolar PAE, porque la disminución de costos en otro energético dejaría llenar la alacena y en consecuencia 70 niños más tuvieron derecho acceder a la media mañana y el almuerzo”.
Mazeneth precisó que “cuando nos referimos al impacto social de una energía como el gas natural, estamos hablando de transformación y disminución de brechas de pobreza”.
El empresario ve como algo determinante que entre la cadena del sector (empresas) y el Gobierno se tracen retos que faciliten metas de equidad energética y para el caso de esta región del centro del país sea posible que 130.000 familias en condición de pobreza energética puedan cumplir el sueño de tener acceso a energías eficientes, económicas, competitivas y con valores agregados para su bienestar”.
Descarbonización
En la empresa de gas ven que “la realidad mundial demuestra la importancia estratégica de contar con fuentes diversas de suministro de energía, la meta es que estas mantengan uno de los atributos más relevantes como es la continuidad, la confiabilidad, la inclusión y la economía que da el gas natural, pues en estratos uno y dos este suministro significa un ahorro hasta de $70.000 pesos en comparación con otros combustibles” reseñaron.
Por eso, Carlos Alberto Mazeneth, pidió “descarbonizar en los próximos años es, por tanto, un garante de vida, sobre todo para las futuras generaciones y para lograrlo es necesario desarrollar alianzas entre diferentes agentes y avanzar hacia objetivos y compromisos más exigentes, conseguir resultados significativos para el 2030 y lograr la neutralidad climática en el año 2050, son metas de obligatorio cumplimiento”.
El mensaje final se concentró en que “este, es el momento de la transición verde hacia un nuevo modelo medioambiental, económico y social que se basa en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con el límite de no superar los 1,5 grados sobre la temperatura a finales de siglo, para poder respirar y salvar los ecosistemas”.
“La ruta hacia la descarbonización ha comenzado, con la innovación y apertura del sector empresarial, cumplirla permitirá que Colombia pase de 0,66% de emisiones a 0,64%, es una disminución aparentemente mínima frente al impacto de potencias mundiales, sin embargo, conscientes de nuestra corresponsabilidad, debemos trabajar”.