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Carreteras portátiles reducen costos e impactos ambientales

Mateo Jaramillo

Mientras que la construcción de la carretera para un pozo cuesta $120 millones y pierde la utilidad después de que termina la extracción, una empresa colombiana ofrece tecnología norteamericana y australiana con la que por $300 millones estas se podrán trasladar durante 10 años.

Nao Supply es representante en el país de compañías extranjeras expertas en el uso de pisos, plataformas y tanques de reserva de líquidos para proyectos de construcciones en campo abierto, que ayudan a las empresas de hidrocarburos a reducir el impacto ambiental, social y técnico. Manejan marcas como Macro Plastics (EE.UU.), Eco-Flex (Canadá), Sei-Ind (Canadá) y Steelfab (Australia). 

En tema es fundamental para las compañías si te tiene en cuenta que en Colombia, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) en el Decreto 2820 de 2010, establece una serie de requisitos para poder llevar a cabo la labor de explotación de los pozos y las minas, como  integrar medidas prevención y mitigación para “minimizar los impactos y efectos negativos de un proyecto, obra o actividad sobre el medio ambiente”. Por eso en cuanto a las carreteras portátiles, cada panel está hecho de polipropileno de alto impacto virgen con protección de rayos ultra violeta (Ppcp+UV), polietileno reciclado, caucho de llanta reciclado y refuerzo en acero, todos estos materiales que garantizan el cuidado medioambiental.

Herramientas amigables con la naturaleza

“Con estos sistemas portátiles se reduce el impacto en el desplazamiento de las comunidades, mitiga el deterioro de la capa vegetal, no genera contaminación hídrica o terrestre, tiene una durabilidad de 10 años y puede ser reciclado”, dice Manuel Chaparro, coordinador de obras civiles para hidrocarburos.