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Científicos revelan potencial del microbioma intestinal para ralentizar envejecimiento

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Ciertas bacterias beneficiosas ayudan a modular el sistema inmunológico, reducir la inflamación y preservar funciones vitales

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Un creciente cuerpo de investigaciones está revelando el impacto del microbioma intestinal en la salud humana y su posible conexión con el envejecimiento. De acuerdo con un estudio publicado en Current Biology por Elena Biagi y su equipo, se reveló que el microbioma intestinal podría desempeñar un papel crucial en la longevidad extrema. Al analizar personas mayores de 105 años, el estudio encontró que ciertos grupos de bacterias asociadas con la salud, como Akkermansia, y Bifidobacterium Christensenellaceae, se enriquecen en estos individuos, lo que sugiere que podrían contribuir a mantener la salud en etapas avanzadas de la vida.

Según los hallazgos, mientras que las bacterias dominantes disminuyen, especies subdominantes comienzan a jugar un papel más relevante a medida que envejecemos. Esto se observa particularmente en individuos longevos, quienes presentan un microbiota que equilibra bacterias beneficiosas, logrando una "adaptación a la longevidad".

Además, la familia Christensenellaceae, vinculada con un índice de masa corporal más bajo y una función renal mejorada, aparece con mayor frecuencia en los longevos. Su presencia, junto con los otros dos grupos de bacterias, que se sabe que modulan el sistema inmunológico y protegen contra la inflamación, podría ser una señal distintiva de un microbioma adaptado para soportar los desafíos del envejecimiento.

Aunque el estudio no confirma si estas bacterias se adquieren en la vejez o si son mantenidas a lo largo de la vida, sugiere que fomentar un microbioma rico en estas especies podría ser una estrategia para prolongar la vida y mejorar la salud en la vejez. Los autores concluyen que comprender y modificar el microbioma intestinal podría ser la clave para alcanzar los límites extremos de la longevidad humana.

Por otro lado, un estudio publicado en la revista Cell y liderado por Timothy Sampson y colaboradores, destacó cómo las bacterias intestinales influyen directamente en el sistema nervioso central a través de la neuro inflamación y la modulación de funciones neuronales. Aunque la investigación se centró en la enfermedad de Parkinson, sus hallazgos sugieren implicaciones significativas para entender y posiblemente retrasar los efectos del envejecimiento.

Otro aspecto del estudio fue el efecto protector de reducir el microbioma intestinal en modelos de ratones. Esto disminuyó la neuro inflamación, mejoró las funciones motoras y ralentizó la progresión de los síntomas. Aunque este procedimiento no es aplicable directamente a humanos, sugiere que ajustar la composición del microbioma podría ser una herramienta para reducir la inflamación sistémica, considerada un marcador clave del envejecimiento.

A medida que los científicos continúan explorando el intrincado eje intestino-cerebro, la posibilidad de intervenir en el microbioma para retrasar el envejecimiento ya no parece un sueño lejano, sino un camino prometedor hacia una mejor calidad de vida en las décadas venideras.

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