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Cigabiónica, el avión que reparte semillas

Teresita Celis

Un grupo de estudiantes, de sexto a once grado de bachillerato del colegio Hojas Anchas, ubicado en la vereda del mismo nombre de Supía (Caldas), liderado por el profesor Carlos Mario Díaz, se le midió al reto.

Por explotaciones cercanas, estos jóvenes se dieron cuenta que la minería a cielo abierto había dejada sin capa vegetal extensiones de terreno que se deterioraban con los inviernos.

“Un estudiante se me acercó y me dijo que si los aviones que yo manejaba se podían utilizar en la dispersión de semilla en estos terrenos afectados”, dijo Díaz.

El profesor Díaz es un apasionado del aeromodelismo,  afición que tomó desde muy joven y que ahora de adulto convirtió en un hobby. 

 “La propuesta del niño caló y con los estudiantes empezamos a diseñar y a fabricar prototipos. Obtuvimos varios que fueron de madera, cartón y aluminio. El último se hizo con icopor, alambre, cinta y una botella plástica de gaseosa”, dijo.

En esta última se guardan las semillas para luego liberarlas con un servomotor. El aparato, que permite entre siete y 15 minutos de vuelo, tiene un equipo electrónico que opera a control remoto y con una batería de litio.  El resultado fue Cigabiónica, un invento  aéreo que además de aportarle a la ciencia, quiere contribuir al medio ambiente.

 Su valor agregado está en que los componentes son todos reciclables.  “La primera experiencia fue en una mina de oro a cielo abierto cerca de Supía y el experimento germinó. Las semillas que se diseminaron con Cigabiónica, que fueron malezas, arbustos y gramíneas, empezaron a crecer en esos terrenos. En seis meses la capa vegetal se recuperó en un 80%” señaló.

Los resultados llevaron al profesor y a sus estudiantes a medirle el pulso al invento en los concursos. Y a decir verdad pasó la prueba y de sobra.

Ganaron el premio Ondas de Colciencias, el de Ecopetrol a la innovación y el galardón Red de Semilleros de Investigación que otorgan las universidades de Caldas.  Aquí el proyecto obtuvo 98 puntos sobre 100. Se midieron también en el ámbito nacional y ‘coronaron’ el Festival Infantil y Juvenil de Biónica del Ministerio de Educación. 

Se midieron también en el ámbito nacional y ‘coronaron’ el Festival infantil y Juvenil de Biónica del Ministerio de Educación.

Pero, además, Cigabiónica fue presentado en el concurso Diseña el Cambio, de la Fundación Terpel y se llevó el primer lugar. De allí, con el apoyo de la Fundación, viajó al exterior y representó a Colombia en ese mismo programa, pero internacionalmente, en Monterry (México), en la conferencia Design for Change 2015. “Se presentaron más de 43 países y allá ganamos un premio”, sostuvo.

El proyecto busca convertirse en empresa

El profesor Carlos Mario Díaz y los estudiantes, desarrolladores de Cigabiónica, concibieron el proyecto con un fin  empresarial, y saben que necesitan apoyo. “Hicimos propuestas a Ecopetrol, Terpel y a las CAR y desafortunadamente no hemos tenido respuesta. Sí han visto el proyecto mineras y ya se hizo un trabajo con la recuperación de un suelo. Nos dieron un incentivo”, sostuvo.

La opinión

Carlos Mario Díaz
Profesor

“Hemos presentado el proyecto a Ecopetrol, Terpel y las CAR y desafortunadamente no hemos tenido respuesta. Nosotros vemos la iniciativa como una solución para devolverle la capa vegetal a terrenos que han tenido explotación minera”.