Conalvías pide entrar en reorganización por sobrecostos en obras

Conalvías, una compañía netamente caleña, que tuvo que esperar desde 1980 hasta 1995 para salir de su ciudad a todo el  país, es uno de los casos empresariales colombianos más destacados. Luego de 1995 le bastaron solamente cinco años para salir del país y en 2010, alcanzó a llegar hasta Estados Unidos.

Sin embargo, las deudas hicieron que la empresa sufriera algunos quiebres.

Son varios los proyectos que la compañía viene liderando. Solamente en el país Conalvías está presente en ocho procesos que aún tiene en ejecución. Entre estos se cuentan varios importantes: la Ruta del Sol tramo III, el Miocable en Cali, una de las calles de rodaje del Aeropuerto El Dorado fase I y el mantenimiento de algunos tramos de la Calle 26.

A través de un comunicado de prensa la compañía informó que varios de estos proyectos le han pasado factura tras los incrementos, que no tenía presupuestados. “Conlavías ha debido asumir sobrecostos por un valor aproximado a los $250.000 millones. Dichos sobrecostos se explican por razones que van desde litigios, retrasos en licencias ambientales, cambios en los diseños, entre otros”.

La compañía informó que la mayoría de estos excedentes está sobre los planes que tiene la constructora en la troncal de Transmilenio de la Calle 26 y el tramo III de la Ruta del Sol.

Para José Roberto Acosta, profesor del Cesa, la medida no sería suficiente para que la compañía salga de la situación de iliquidez y opere normalmente otra vez. “Ya cuando se entra a la etapa de reestructuración, es porque no se llegó a acuerdos con los acreedores. La empresa no tiene con qué responder ante las deudas que tiene a corto plazo. Hay que ver a quien van a nombrar como agente para que le dé el aire financiero a la compañía”.

Cabe recordar que Conalvías actualmente lidera varios proyectos en el exterior. Tiene ocho en Panamá, siete en Perú y cuatro en Estados Unidos, donde además cuenta con una filial. 

La opinión

José Roberto Acosta
¨Profesor del Cesa
“Acreedores y trabajadores deben entender que hayque hacer un esfuerzo muy grande para darle una mano  para salvar a la compañía”.