Empresas

Cuando emprender significa tener coraje

María Alejandra Solano Vargas

Cada uno de nosotros ha visto ejemplos cercanos de emprendimientos que resultan ser asombrosos. En mi caso, tuve la oportunidad, hace varios años, de conocer a una mujer humilde, que junto con sus 10 hijos, estaba pasando grandes necesidades económicas. 

Su esposo, que había posado como un prestigioso alcalde de un pueblo, fue a parar a la cárcel por haber hecho juramentos en falso en un caso policial. Y a ella, que solo había podido estudiar hasta primaria, como muchas veces sucede en Colombia, le tocó asumir los gastos de su hogar. 

A la señora se le presentó la oportunidad de hacer un curso de culinaria en una institución llamada Centro de Artes y con los conocimientos que adquirió montó un servicio de comida para fiestas de quince años, matrimonios y eventos especiales en general. Poco a poco, fue perfeccionando sus servicios y dándose a conocer en el pueblo donde vivía, volviéndose así una famosa cocinera. 

Con el dinero, fruto de su arduo trabajo, pudo educar a sus 10 hijos que actualmente son ingenieros, abogados y administradores de empresa, y que ocupan cargos importantes. 

A una de sus hijas le enseñó el arte de cocinar y ahora tiene su propio negocio que es bastante rentable. Esto es lo que llamamos un verdadero emprendimiento, que nace de ese deseo de superarse, surgir y salir adelante. 

Personas como ella, y como muchas otras, son las que necesita la sociedad . Esas que no están esperando que les caiga del cielo un trabajo o que le dejan todo a la ayuda del Gobierno Nacional. Esas personas que buscan lo que quieren, que organizan su propia empresa y hacen progresar a los que están a su alrededor.