"El trabajo de los empresarios es la razón de que se haya pasado de la mula al avión"

La familia Echavarría Olózaga ha sido una de las más importantes en la historia del empresariado colombiano. No solo consolidó uno de los conglomerados más destacados, con más de 140 años de historia, como es la Organización Corona, sino que se entregó a causas filantrópicas, educativas, intelectuales, ambientales y empresariales.

Durante el noveno Congreso Empresarial Colombiano de la Andi, Gabriel Echavarría Obregón, empresario y presidente de la Junta Directiva de Compas, recibió la Orden al Mérito Empresarial José Gutiérrez Gómez, que es la máxima distinción otorgada por el gremio, el cual reconoce y exalta a las personas y empresas distinguidas como forjadoras y que han estado al servicio del sector productivo y del país.

“Este reconocimiento, que recibo con humildad y gratitud, es reflejo del amor y apoyo de mi familia, especialmente de mi esposa, Cristina Echavarría, y de mis hijos, Sebastián, Alejandro y Rafael. Su presencia en mi vida es la base sobre la cual he construido mi trabajo”, expresó Echavarría Obregón.

El directivo dijo durante su intervención que las empresas colombianas tienen presencia en todos los campos: agrícola, industrial, comercial, transporte, servicios, entre otros, con pequeños y medianos empresarios “para quienes no es fácil pagar sueldos, impuestos e intereses a los bancos, pero todos, en la medida de nuestras posibilidades, damos un ejemplo a la comunidad porque nos interesa el bienestar general”.

Destacó el rol transformacional que el empresariado le ha dado al tejido productivo del país, así como el desarrollo que ha generado en las últimas seis décadas. “No sobra decir que la educación y el trabajo de los empresarios y trabajadores colombianos ha sido una de las principales razones de que en los últimos 60 años el país haya logrado subir de la mula al avión. Estos conocimientos y aprendizajes lograron mejorar el nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos colombianos”.

Para el empresario, se deben romper barreras y fomentar un sistema educativo que no solo forme, sino que inspire. “Mi padre lo entendió y por eso dedicó su vida a impulsar la imaginación de los colombianos, y fundó instituciones con otros empresarios locales y amigos, como la Universidad de los Andes, Universidad del Norte, Eafit, Icesi, La Sabana y el Cesa, para invitarnos a pensar en grande, a atrevernos a soñar con una Colombia mejor, especialmente para los jóvenes, un total de 142.000 estudiantes”.

Y agregó: “Los empresarios podemos hacer más con nuestra experiencia y con los medios tecnológicos de los cuales disponemos para contribuir a la formación de nuestros jóvenes. Este proceso inicia desde la escuela básica, la nutrición que se les brinda en sus primeros años”.

También se preguntó “¿Qué podemos hacer los empresarios colombianos para que los jóvenes se sientan a gusto en los entornos laborales y asuman el trabajo como un medio para conseguir las metas que se propongan y ser exitosos?”. Y respondió que los empresarios tienen la responsabilidad de liderar el cambio creando las condiciones necesarias para enfrentar el futuro con éxito.

“La sociedad cuenta con nosotros para liderar este camino hacia el cambio. Estoy convencido de que, con nuestro esfuerzo conjunto, lograremos superar los retos que nos presenta la coyuntura actual y construir un país más próspero y libre para todos”, dijo durante su discurso.