“Colombia es el segundo mercado de América Latina para Honda en la venta de motocicletas”

La industria automotriz colombiana está viviendo una reactivación tras las caídas derivadas por la pandemia, y el frenazo en el consumo. No obstante, entre los coletazos de la contracción, varias empresas decidieron retirar sus operaciones como las de ensamblaje y la producción de autopartes, labores que se están realizando en otros países, como Brasil.

Datos del mapa regional de oportunidades, Maro, revelan que al cierre de 2024 Colombia importó US$563 millones FOB solamente en vehículos desde Brasil, cifra que representa 17,7% del total de las compras externas que se realizaron a la nación carioca.

Brasil es uno de los países clave para la industria automotriz colombiana y Honda es una de las marcas que más aprovecha esta situación, por su cercanía con Colombia, no obstante, hay preocupación por que en octubre entrará en vigencia un arancel para todos los vehículos que lleguen desde este país, de 16%, lo que tiene a la marca pensando en cómo no afectar el bolsillo de los consumidores.

Arata Ichinose, presidente de Honda Suramérica para autos y motos, dijo que entre las posibilidades para mitigar las consecuencias del tema arancelario está la posibilidad de traer una planta de ensamblaje a Colombia, no obstante, también exploran instalar operaciones en otros países cercanos, donde no aplique este impuesto, para así poder seguir surtiendo de vehículos a la región.

¿Qué tan relevante es el mercado colombiano para Honda?

En Suramérica hay 4 millones de motos, de eso 50% está en Brasil, siendo nuestro principal mercado, y luego aparece Colombia como segundo mercado de motos, y en el tema de carros está en el cuarto puesto.

Es por esto que a pesar de las adversidades no podemos limitarnos y tenemos que seguir pensando cómo crecer.

¿Cuál es la visión de crecimiento regional?

Por iniciativas de transición que son impulsadas por los gobiernos, estamos pensando en ofrecer alternativas de movilidad más accesibles en la región, principalmente con motocicletas. Queremos ofrecer vehículos accesibles, y que también vayan de la mano con las políticas ambientales de los gobiernos.

¿Cómo mitigarán el impacto de los aranceles de los carros que lleguen a Colombia desde Brasil?

Tenemos que adaptarnos a las nuevas condiciones. Si otras fábricas logran superar este impase y ver beneficios en Colombia, nosotros también encontraremos la solución.

En nuestro caso es diferente porque manejamos también las motocicletas, y no tememos ese problema ya que con Fanalca tenemos el montaje de las motos, pero con los carros es totalmente diferente.

Pero tenemos que evaluar muy bien si la medida seguirá en firme o no, si lo hace tenemos que ver una solución para el mercado colombiano.

¿Se podría pensar que traerían una ensambladora a Colombia?

Vamos a considerar todas las posibilidades. El problema que hemos visto es que históricamente algunas marcas intentaron hacer la producción local en el país, pero terminaron siendo empresas que se fueron de Colombia, por lo que nos estamos cuidando mucho para evitar que suceda eso.

Actualmente estoy concentrado en Brasil y no podemos ver las posibilidades específicas de cada país, pero eso no significa que estamos cerrados a esa posibilidad de la ensambladora, entre otras alternativas, pero si ponemos los números en el papel esa alternativa es económicamente muy difícil, a pesar que ya tenemos la experiencia de nacionalizar el tema de las motos en Colombia, pero repito, con los carros la historia es completamente diferente.

¿Cuál sería el impacto de los impuestos a los combustibles que pretende gravar la reforma tributaria?

Vemos que en el caso colombiano el gobierno está tratando de regular aun más el tema de las emisiones contaminantes, con el fin de disminuirlas, y eso hace que se abra discusión sobre si los carros son accesibles económicamente para la gente.

¿Cuál seria la estrategia comercial en este escenario?

Mucha gente necesita un carro, pero no puede adquirirlo nuevo, y los precios se han incrementado sobre todo en los últimos 10 años por las regulaciones ambientales.

Por ejemplo, en Brasil se venden más o menos 2,5 millones de carros, pero tenemos cinco veces más la cantidad en vehículos usados.

Por esto debemos lograr un equilibrio para que la gente pueda seguir adquiriendo nuestros vehículos, pero en línea con las regulaciones.

*Invitado por Honda