“Es muy difícil producir suficientes esmeraldas para satisfacer el mercado”
jueves, 23 de agosto de 2018
Se han invertido alrededor de US$20 millones al año en la Mina Muzo
Heidy Monterrosa Blanco
La multinacional Minería Texas Colombia (MTC) está próxima a cumplir 10 años desde que inició labores en el país. Su director, Charles Burgess, le contó a LR de los cambios que ha tenido el sector y sobre los resultados de la empresa.
¿Cuál es la situación actual del negocio de esmeraldas en Colombia?
La demanda por las esmeraldas colombianas sigue siendo muy fuerte, son muy apetecidas en el exterior. La verdad es muy difícil producir suficientes esmeraldas para satisfacer el mercado, ya que los estudios geológicos no son suficientes para determinar en qué zonas puede haber esmeraldas, sino que la única forma de encontrarlas es buscando en la tierra y explorando. Pero no podemos quejarnos, la demanda es fuerte para nuestro producto y estamos contentos con nuestros resultados.
¿Cómo está su producción?
Cada año, desde 2013, hemos aumentado nuestra producción. En 2016 la producción fue de 719.687 quilates y en 2017 llegamos a 1,3 millones de quilates. En el primer trimestre de este año, nuestra producción fue de 158.820 quilates.
¿Qué expectativas de producción e ingresos tienen para cerrar el año?
La esmeralda es un producto de lujo y por eso es mejor no hablar de cuánto va a haber. Aunque la esmeralda colombiana es por mucho la mejor del mundo, tenemos competencia de Zambia y de Brasil, y es clave la cantidad que entra al mercado. Por política de la empresa no hablamos de cantidades específicas, pero podemos decir que nuestra producción será mayor a la de 2017 y que somos los productores más grandes del país.
¿A qué precio se puede comprar una esmeralda colombiana producida por ustedes en el exterior?
Nuestros productos hacen parte del grupo de los premium, que indica que comercializamos el producto finalizado, es decir, ya tallado y pulido. Una esmeralda colombiana de esta categoría puede costar entre US$50.000 y US$100.000.
¿Cómo se ha transformado la industria de esmeraldas desde que llegaron al país en 2009?
Ha cambiado mucho, en parte gracias a nuestro trabajo, porque, junto con la mina de Santa Rosa, hemos desarrollado proyectos de innovación y modernización, que están siendo imitados por otras minas más pequeñas. Además, hay mayor formalización en el sector, que se ha convertido en una exigencia del Gobierno y hasta de las comunidades, pues así se pagan impuestos y regalías. Las minas grandes cumplen con los títulos mineros y las licencias ambientales, y la gran mayoría de los pequeños están en ese proceso.
En promedio, ¿cuánto han invertido en esta década de operaciones?
Se han invertido cerca de US$20 millones por año en capex investments, es decir, en equipos, proyectos, modernización y tecnificación de la mina y las operaciones diferentes a gastos de operación como nómina y gastos generales.
Tanto en el primer trimestre como en el segundo hubo una contracción en el sector de minas y canteras, ¿a qué se debe?
La contracción no es permanente. La industria de esmeraldas en Colombia tiene un futuro casi sin límites y hay campo para inversión extranjera.
¿Las consultas mineras han afectado la explotación de esmeraldas en el territorio nacional?
No, las consultas populares no nos han afectado. Tenemos buenas relaciones con las comunidades en las que operamos y, nuestra mina, la Mina Muzo, tiene más de 500 años de operación, por lo que la población está acostumbrada a la minería. Además, la explotación no se realiza a cielo abierto, por lo que casi no se nota; no usa químicos, y su impacto en el ambiente es realmente mínimo.