Industria

Esprit triplicó sus pérdidas durante 2023, pero no cambiará su negocio en Colombia

Gráfico LR.

Aunque la marca se declaró insolvente en Alemania y cerrará 56 tiendas, en el mercado local seguirá operando con normalidad

Juan Camilo Quiceno

Ahora que Esprit se declaró insolvente en Alemania, y planea cerrar 56 tiendas, la marca profundiza una decadencia que inició hace años, causada por la competencia y los ciclos económicos adversos. Sin embargo, LR consultó con los encargados de la actividad en Colombia y dijeron que la operación, por ahora, se mantiene sin novedad.

Según el Registro Único Empresarial y Social, Rues, en el país hay 72 comercializadores activos de la marca y están ubicados en las principales ciudades. La actividad es manejada por franquiciados o distribuidores locales que tienen la licencia para comercializar.

Inicio sencillo

Con 56 años de operación, este sello ganó reconocimiento por su enfoque de moda casual y asequible. Además, tuvo aceptación por la durabilidad de sus materiales, exhibiendo una expansión que fue caso de éxito en el negocio de la moda.

La primera colección la vendieron sus fundadores, Susie y Douglas Tompkins, rodando en una mini van por San Francisco y así construyeron una identidad basada en la cercanía con los compradores. A pesar de ese origen humilde, en el cenit del negocio, Esprit tuvo presencia en más de 40 países.

LOS CONTRASTES

  • Sebastián DiezPresidente ejecutivo de Inexmoda

    “El negocio de la moda en el mundoestá cambiando drásticamente y este remezón lo están sintiendo las compañías globales. Hoy por hoy, el consumidorestá comprado de manera distinta”.

Cuando sus tiendas ya eran reconocidas, la capitalización de mercado llegó hasta los US$20.000 millones, pero esa valoración cayó estrepitosamente y hoy día totaliza US$934,2 millones; esto se traduce en una pérdida de valor por el orden de 95%.

El año pasado triplicó sus pérdidas, que se contabilizaron en US$1.901 millones. En 2022, estas sumaron US$664 millones.

Ya desde 2011, los expertos mencionaban que la competencia con Inditex (propietario de Zara, Bershka y Stradivarius) era feroz. El concepto de fast fashion (rotación rápida de colecciones) le dio un vuelco a la industria y la batalla por los compradores se hizo compleja.

Industria cambiante

Amancio Ortega, fundador de Inditex, es citado recurrentemente como uno de los más grandes impulsores del fast fashion y, a menudo, se le califica como un destacado innovador por su capacidad para encontrar los vacíos del mercado y llenarlos con su oferta.

Durante sus días como asesor en tiendas de ropa, se preguntaba por qué las grandes casas de moda solo lanzaban dos colecciones al año y por qué los grandes gurús decidían cuáles eran los diseños, telas y colores para los compradores.

Ahí descubrió que los ingresos podrían mejorar si las colecciones aumentaban y rotaban con agilidad. Además, escuchar las sugerencias y los comentarios de los clientes se convirtió en un mantra siempre presente en los locales de Inditex.

Sebastián Diez, presidente ejecutivo de Inexmoda, había mencionado que “el negocio de la moda en el mundo está cambiando drásticamente y este remezón lo están sintiendo las compañías globales”.

“Hoy por hoy, el consumidor está comprado de manera distinta, con una especial preferencia por productos especializados, que respondan a sus necesidades y que al mismo tiempo se conecten de una manera genuina y específica con sus gustos y preferencias”.

Más allá de las dificultades comerciales, Esprit indicó que “en los últimos años ha estado luchando contra el aumento de los costos debido a la inflación, tasas de interés y el precio de la energía (efectos posteriores al coronavirus) y con las consecuencias de los conflictos internacionales, lo que ha debilitado la situación financiera”.

La empresa aseguró que ya está en negociaciones para vender parte de los derechos de la marca en Europa, un activo intangible que, a juicio de analistas, sigue siendo valioso por su posicionamiento.

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