Estudio mostró que México y Colombia tienen el gigabyte más costoso del mundo
jueves, 19 de noviembre de 2020
La velocidad media de la banda ancha móvil en el país es de 13 Mbps, y el promedio de tráfico de datos por usuario sigue siendo bajo con 2,4 GB, según estudio
Laura Neira Marciales
La llegada del cuarto operador móvil ha generado todo un revuelo en el sector de las telecomunicaciones y ha revivido fuertes discusiones como los altos precios de los planes en Colombia, pues según un estudio realizado para WOM por Arthur D. Little Colombia, México, con US$4,8, tiene el precio más alto por GB en el mundo y es seguido por Colombia, con US$3,5.
Según los investigadores, esto genera una baja competencia en el mercado, afectando el desarrollo de la económico, ya que, dicen, hay una correlación entre la penetración de internet y el crecimiento de la economía, debido a que una mayor velocidad de la información disminuye tiempos de procesos y aumenta la productividad.
Asimismo, hay una mayor calidad en la información compartida, se aumenta la innovación, se facilita el trabajo remoto y se abre la posibilidad de adoptar nuevas tecnologías con las que se generen más oportunidades y mejores ofertas comerciales, mientras se mejora la eficiencia en la inversión.
Según el análisis realizado por Arthur D. Little Colombia, si se logra un aumento de 10% en la penetración en Banda Ancha en los países, esto se traduce en un crecimiento cercano a 1,2% del PIB.
Guillem Casahuga, socio de Arthur D. Little’s, también resaltó en la explicación del informe que “Colombia es uno de los mercados de telecomunicaciones mas concentrados del mundo, en el cual un operador concentra 61% de los ingresos y 47% de los usuarios”.
Esto revive la discusión sobre la posible dominancia de Claro en el mercado colombiano. Ante esto, Marcelo Cataldo, presidente de Tigo, dijo que “si no hay declaratoria de dominancia, la brecha digital se profundizará en Colombia”.
Sobre el tema, voceros de Claro han dicho en diversas ocasiones que no hay posición de domino, que su participación de mercado se la han ganado compitiendo e invirtiendo en el desarrollo de su infraestructura y que, actualmente, las personas pueden cambiarse libremente de operador, por lo que son ellos quienes eligen el servicio.
Algunos han puesto en duda que WOM sea un nuevo operador con la compra de Avantel, por lo que tampoco sería cuarto operador. Natalia Guerra, directora de asuntos públicos y pegulatorios en Telefónica Colombia, aseguró que "Avantel desconoció la regulación aplicable para la liquidación de los valores de roaming nacional, entrando en reestructuración, y dejando unos altos valores por pagar por dichos servicios a todos los operadores", y agregó que "WOM se apalancaría en la infraestructura y base de clientes de Avantel, sin que se haya cumplido previamente con las condiciones de Roaming".
Para aliviar la situación denunciada en el informe, Casahuga agregó que “la introducción de un cuarto operador de red móvil ha sido un mecanismo de mercado efectivo en varios países para estimular la competencia y romper los comportamientos monopolísticos y las ineficiencias”.
Con una mayor competencia, dicen, se aumentaría la inversión de las compañías de telecomunicaciones en el país, pues según el estudio tienen la capacidad financiera para aumentar las inversiones en la red, “en promedio destinan 46% del Ebitda mientras en otros países se llega a 70%”, agregó.
También resaltaron que Claro captura 62% de los ingresos del mercado, pero solo contribuye a 55% de inversión en red.
Deficiencia en la experiencia de descarga
El estudio también develó que la experiencia de descarga del país sigue rezagada frente a la de otros países que tienen una velocidad media de 13,4Mbps junto con un bajo consumo de datos.
“La experiencia de descarga en Colombia es unas 4,5 veces mas lenta que la de Canadá y Corea del Sur , países líderes en desempeño de conectividad de red”, explicó el socio de Arthur D. Little Colombia. Asimismo, resaltaron que si el nuevo operador ejecuta una buena estrategia, puede llevar a una disminución anual del promedio de ingresos por usuario, con el que se favorezca a quienes utilizan el servicio.