Terminó la pelea entre la FLA y la ILC por las similitudes con el Aguardiente Amarillo
jueves, 4 de julio de 2024
El Tribunal Superior de Bogotá le ordenó a la Fábrica de Licores y Alcoholes de Antioquia retirar del mercado el producto que se asemeja al Amarillo de Manzanares
La novela entre la Industria Licorera de Caldas y la Fábrica de Licores y Alcoholes de Antioquia llegó a su fin. El Tribunal Superior de Bogotá ordenó la salida del mercado colombiano del Aguardiente Antioqueño Real por su semejanza al Aguardiente Amarillo de Manzanares y obligó a modificar la apariencia del mismo para que la empresa paisa pueda continuar con la comercialización del producto.
Todo comenzó el año pasado cuando la compañía caldense reclamó derechos de protección ante la Superintendencia de Industria y Comercio por las semejanzas del producto de la FLA (ver gráfico), que llevó a la SIC a ordenar el retiro del Aguardiente Antioqueño Real de color amarillo del mercado.
El órgano de control también le ordenó a la FLA abstenerse de promocionar y comercializar en el mercado colombiano el Aguardiente Realque reprodujera o se asemejara a la presentación utilizada por la ILC.
“La FLA, al momento de efectuar el lanzamiento de su aguardiente no hizo un mayor esfuerzo para que su producto se diferenciara del que ya tenía un reconocimiento en el mercado. Así se infiere que la imagen, forma de oferta, publicidad, paleta de colores, no cuenta con unos elementos singulares suficientes para distar del aguardiente amarillo de ILC”, explicó el alto tribunal.
Pero también apuntó a que lo que se censura no es la irrupción en el mercado del Aguardiente Real, “porque eso es sano para la competencia y en especial para los consumidores, sino que recae porque la demandada utilizó elementos distintivos del producto que ya estaba posicionado en el mercado”.
¿Cómo se defendió la FLA?
Fueron varias las razones que dio la FLA para explicar que sí existen aspectos que diferencian a ambos productos; primero, que la botella utilizada es cónica con un ángulo de inclinación más pronunciado; segundo, que el uso de letras verdes estampadas en el cristal de la botella para identificar el producto fue previamente usada en el Antioqueño Real; y tercero, que la implementación del color en el producto no constituye una práctica que vulnere los derechos de propiedad industrial, ya que existen otras marcas.
De hecho, a comienzos de junio, un grupo de distribuidores de los productos de la Fábrica de Licores de Antioquia, FLA, acudió a un recurso jurídico ante el alto tribunal, con base en un peritaje, para zanjar la controversia entre esa empresa y la ILC. Alexis Perea, abogado en AJF Consulting Group SAS, había dicho a LR que lo que concluyó “el dictamen pericial es que las botellas no se parecen en nada porque la botella del Aguardiente Real es más ancha y el tipo de letra es diferente”.
Pero no fue suficiente y el Tribunal Superior de Bogotá falló a favor de la Industria Licorera de Caldas y modificó el monto de la caución, al argumentar que no se compadece con la naturaleza de las medidas cautelares decretadas.En total, incrementó el monto en $19.000 millones, considerando las pérdidas del retiro de la publicidad, el lucro relacionado con el cese de la comercialización y los productos guardados en bodegas.