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Ingenio Risaralda detuvo sus operaciones porque el invierno lo dejó sin caña

Teresita Celis

El invierno de los dos años anteriores le pasó factura al Ingenio Risaralda.

Desde el pasado 26 de octubre la empresa, que opera en predios del municipio de La Virginia en Risaralda, paró operaciones porque se quedó sin caña de azúcar para procesar y tuvo que mandar a vacaciones colectivas a unos 200 empleados de planta.

Así lo señaló el director comercial de la firma, José Horacio Martínez, quien indicó que la ola invernal de los dos últimos años afectó la productividad de la tierra. La situación del Ingenio está reflejada en las cifras. La compañía tenía previsto una producción cercana a las 117 toneladas de caña por hectáreas; sin embargo, este año ha llegado a los niveles de 85 toneladas, reportó el directivo.

“Eso hizo que la caña se agotara y no tuviéramos materia prima suficiente para moler. Para esperar que la tierra se recupere nos vimos en la necesidad de parar la planta, tomar unas vacaciones colectivas y darle una tregua al campo para que recupere la edad de la caña”, sostuvo.

Esa tregua dura un mes, señaló Martínez, por lo que el 27 de noviembre espera que se reinicien labores de molienda, aunque los presupuestos se verán afectados.

El bajón en la productividad se verá reflejado en una disminución en la molienda de no menos de 400.000 toneladas de caña, frente a las proyecciones. Según explicó Martínez, la meta del Ingenio era moler este año 1.550.000 toneladas, pero la cifra podría estar entre 1.100.000 y 1.200.000 toneladas. Esto representará para la firma una caída en la producción de azúcar y en ingresos de 25%, que pueden significar $40.000 millones menos. Las utilidades previstas podrían disminuir, dijo, en un 80%, frente a lo presupuestado a inicio de año, que eran $49.000 millones, sustentadas en una mayor molienda y en que los precios internacionales siguieran altos.

Lo cierto es que este freno en la producción tiene un efecto directo en lo laboral. Además de las vacaciones colectivas de los colaboradores de planta, unas 1.000 personas que tienen contratos a destajo (corteros), se les ha bajado los ingresos porque no tienen la posibilidad en la actualidad de hacer las tareas agrícolas.

Las opiniones

José Horacio Martínez
Director comercial Ingenio Risaralda

“El clima hizo que la caña se agotara y no tuviéramos materia prima suficiente para moler los 365 días del año, que es lo que normalmente se hace en el ingenio”.