Comercio

Jóvenes apuestan por Vinicia, cervecería artesanal combinada con economía circular

Los emprendedores le dieron un mejor uso a los residuos de la cerveza y ahora convierten el afrecho en la suela para zapatos

Nathalia Morales Arévalo

Nicolás Ramírez Osma, ingeniero químico de la Universidad de Los Andes, se motivó para trabajar en su desarrollo y aspirar ingresar al mercado de la cervecera artesanal, que para 2020 logró 0,5% de participación.

El joven consiguió hacerse a los silos, a las máquinas, investigar, probar y complementar con una capacitación en Bélgica, con el fin de producir las dos variedades de cerveza artesanal tipo Ale, de fermentación alta, estilo belga, que los caracteriza: la Belgian Blonde Ale (lux) es una cerveza de 7.7 ABV con 20 IBUS; y la Belgian IPA, una cerveza con 6.0 ABV, y 50 IBUS o unidades de amargor.

Por otra parte, Ramírez se unió a David Felipe García sabiendo que el sector del calzado es uno de los que más contamina por su no reconversión, por lo que le dieron un mejor uso a los residuos de la cerveza y encontraron la manera de convertir el afrecho en la suela para zapatos.

Actualmente fabrican calzado deportivo y ya cuentan con tres referencias que mezclan el cuidado del medio ambiente y la moda.

“Todo comenzó al darnos cuenta de que la producción de calzado se basaba en una producción en línea la cual terminaba en rellenos sanitarios, en alcantarillas y en los océanos. Entonces, a partir de esto empezamos a ver cuál podría ser nuestro aporte, y por las investigaciones, nos dimos cuenta de que los zapatos están devaluados por las importaciones desde China, pero teníamos las máquinas, podíamos dar empleo y ganas de hacer la diferencia”, dijo Ramírez.

Para asegurar el destino final biodegradable de este calzado después de su vida útil, la reincorporación se hará en los puntos de Vinicia. De esta manera, el consumidor recibirá un beneficio como retribución por utilizar productos amigables, que podrá redimir con un bono de consumo, sea nuevamente en zapatos o cerveza.

Además, los residuos de la cerveza no aprovechados en la elaboración de zapatos, se convertirán en alimentos para mascotas, que serán donados a fundaciones.

“Nos dimos cuenta de que podríamos juntar lo mejor del mundo cervecero, con un buen look, pero sin olvidar aportar para el cuidado y conservación del planeta. De esta manera aplicamos el concepto de simbiosis industrial: los residuos de una industria son la materia prima de otro”, concluyó García.

TEMAS


Cerveza artesanal