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La Citroën 2CV furgoneta ya puede jubilarse

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Ripe

La marca de los dos chevrones quiso dar un paso más allá en 1951, desarrollando una versión pensada más para el transporte de materiales, más espaciosa que alcanzaba hasta media tonelada de capacidad. Equipaba dos de sus grandes señas de identidad: el motor bicilíndrico refrigerado por aire, diseñado por Walter Becchia y su innovadora suspensión con muelles helicoidales con amortiguadores de fricción, que la convirtieron en un vehículo ideal para afrontar los baches y socavones de las carreteras de la posguerra.

El Citroën 2 CV en su versión furgoneta también tuvo un papel decisivo en el desarrollo de la automoción en España. En 1958, Vigo recibía la apertura de la fábrica de Citroën Hispania. Hasta el momento, la marca había estado presente en España con vehículos importados, pero con esta planta apostaba por la fabricación en el país. Quería conquistar un mercado emergente sin tener que pagar aranceles. Y sí, el primer modelo que desfiló por sus líneas de montaje fue el 2 CV furgoneta, detrás del que vendría el turismo.

Llegaron para quedarse y se convirtieron en los vehículos más habituales de organismos como Correos o Telefónica. También callejeaban las ciudades españolas cargadas de bártulos, escaleras para responder a cualquier tarea profesional. Abrió la senda para un segmento hoy imprescindible para el desarrollo de muchas empresas.