"La ingeniería colombiana es buena y el Túnel de la Línea es una muestra"
lunes, 24 de agosto de 2020
Joyco fue la empresa interventora en el Túnel de la Línea, proyecto clave para la conectividad del país que será entregado en septiembre
José González Bell
Desde la segunda década del siglo pasado, en 1913, se empezó a vislumbrar un túnel que atravesara la cordillera central con el objetivo de mejorar la conectividad del país. Un siglo después, el proyecto es una realidad, que tuvo retrasos y fallas, pero que generó lecciones a tener en cuenta en próximas megaobras que se realicen en el país.
Javier Carrasco, gerente de Joyco, empresa interventora del ‘la terminación del proyecto cruce de la cordillera Central’, explicó cuáles fueron los retos para lograr terminar el túnel central, que será inaugurado la primera semana de septiembre. Además, habló de los retos de la ingeniería colombiana y otras obras clave.
¿Cómo encontraron la obra cuando entraron como empresa interventora?
Nosotros fuimos interventores en el proyecto que el Invias denominó ‘La terminación del proyecto cruce de la cordillera Central’. Entramos en agosto de 2017 con una empresa chilena y otra española. Cuando llegamos al proyecto, el objetivo era terminar las obras que quedaron inconclusas.
El proyecto debía estar entre 85% y 90% de avance de acuerdo con el reporte que nos daban, no obstante, al hacer el diagnóstico nos dimos cuenta que no solo teníamos que terminar las obras, sino que teníamos que hacer una evaluación de la calidad y estado de las obras existentes, porque no las encontramos en el mejor estado.
¿Qué encontraron en el túnel principal?
El túnel estaba excavado completamente, pero no estaba estabilizado. Esto quiere decir que los empujes del macizo rocoso sobre la estructura de soporte eran mayores, por lo tanto la sección del túnel se estaba cerrando poniendo en riesgo su integridad. Además, había una serie de irregularidades a lo lardo del túnel que debieron tratarse con mucha rigurosidad técnica, de no hacerlo hubiera afectado la operación futura del túnel.
¿Esas reparaciones cuánto dinero representaron?
El proyecto se sigue ejecutando. Nosotros hicimos unas estimaciones en los costos de reparación y atender algunas de las obras principales, como el túnel central. El contrato de obra al que le hacíamos interventoría era por cerca de $220.000 millones y ese contrato fue ampliado 50%, es decir, llegó a costar cerca de $360.000 millones. Con esa plata se logró hacer una actualización de todos los diseños para terminar la obra.
Todo el proyecto de la cordillera quedó estudiado, diagnosticado y con planteamientos de soluciones de infraestructura. Se logró dejar la obra civil del túnel terminada y y se atendieron cinco kilómetros de vías.
¿En qué debe avanzar el país para la construcción de túneles?
Hasta hace muy poco tenemos una normatividad para la construcción de túneles. Es algo en lo que veníamos atrasados. Lo importante es comenzar a aplicarla. Lo otro son los recursos. Realmente los equipos son costosos, pero se logran hacer los proyectos más rápido.
Varios problemas se han dado en megaobras en el país ¿la entrega del Túnel de la Línea es una reivindicación de la ingeniería?
Este éxito que se tiene con sacar este proyecto adelante debe replicarse en otros proyectos para que la suma de varios eventos dé esa reivindicación. Debe ser reiterativo que se hagan bien las cosas.
En Colombia la mayoría de proyectos han sido estables y funcionales. La ingeniería colombiana es buena y exitosa, el Túnel de La Línea es una muestra. Unos casos puntuales no pueden opacar el trabajo del gremio.
El Túnel de la Línea es algo que suena desde el siglo pasado ¿cuáles son las lecciones que deja la interventoría en la obra y los errores que no se deben repetir?
La primera lección está en la planeación de proyectos. Hay que robustecer los diseños de preinversión, estudios de prefactibilidad y factibilidad, fortalecer el trabajo de campo. Una buena planeación reduce la incertidumbre en la ejecución. La segunda lección es tener planes de la gestión de riesgo. Estamos jóvenes en este tipo de análisis, esos riesgos deben tener un proceso de identificación y análisis cualitativo y cuantitativo.
Son costos que deben ser evaluados y considerados, para cuando se presenten no sea una sorpresa.
La tercera la lección es hacer una adecuada gestión de la información de los proyectos. Todos los proyectos deben quedar bien documentados, estandarizados y sistematizados. Eso permite hacer una buena retroalimentación.
¿Cuáles son los próximos grandes proyecto en el país?
Hay dos que son muy importantes. La terminación de la Ruta del Sol o troncal del Magdalena. El otro es la vía Bogotá-Buenaventura. Es la conexión a nuestros dos océanos con el centro del país.