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La organización en el uso del tiempo es el mejor consejo

María Alejandra Solano Vargas

Los amigos reclaman tiempo extra y las horas se alargan lo más que se pueda para dedicarlas a los seres amados. Aquí, aparece la frase de cajón, “no se puede vivir solo para trabajar”. Sin embargo, ese no es el verdadero problema. 

Las personas no saben manejar el tiempo y es más por cuestión de organización que de exceso de trabajo. Por eso, el mejor consejo que pueden recibir los emprendedores es que ajusten el tiempo a sus obligaciones laborales.

Al principio de la jornada de trabajo, es bueno levantarse, tomar una libreta y anotar las tareas que se tienen que realizar durante el día. La misma tiene que estar estructurada desde la obligación más urgente hasta la menos urgente y a medida que se van realizando se van tachando en el papel.

La libreta puede estar organizada por colores para que la mente distinga a qué deberían ponerle más atención. Esas tareas de importancia pueden tener un color rojo y las menos importantes un color verde. Funciona también utilizar la agenda con la que cuenta gmail, que es muy útil. 

Hay que emplear un tiempo muerto para las llamadas. Se puede definir, por ejemplo, de ocho a nueve de la mañana y de dos a tres de la tarde, dos horas al día en las que se reciben llamadas y mensajes. Para ello, hay que tener a mano la libreta, pues muchas veces estas llamadas nos van a aumentar la carga laboral.

Lo primordial, a la hora de realizar las tareas de la libreta, es concentrarse en lo que está haciendo, que nada en su entorno lo distraiga de cumplir el objetivo. Algunas personas funcionan mejor si no escuchan ruido exterior por lo que es bueno escuchar música. Otras simplemente pueden ubicarse en un lugar de la oficina donde no escuchen sonidos externos. 

Al final del día, cuando se hayan acabado las actividades de la libreta, muy probablemente las personas organizadas tendrán tiempo para ir a su casa, ver una película, leer un libro o, simplemente, pasar tiempo con los suyos.