Industria

La pelea que hay entre los hilanderos y confeccionistas tras expedición de arancel 0%

Pero lo que para los confeccionistas es un alivio, para los hilanderos y exportadores es una amenaza existencial. Y en la mitad, los algodoneros alertan que la medida puede borrarlos del mapa

Daniella P. Rodríguez Juan Camilo Quiceno

La expedición del Decreto 1197 del 14 de noviembre encendió una pelea abierta en la cadena del Sistema Moda. El Gobierno decidió dejar en arancel cero —por un año— a 10 subpartidas de hilados sintéticos y de algodón provenientes de países sin TLC con Colombia. La medida fue presentada como un impulso a la “Reindustrialización”: reducir costos, sortear desabastecimiento y dar aire a los confeccionistas, que aseguran estar asfixiados por la entrada masiva de ropa terminada y barata.

Pero lo que para los confeccionistas es un alivio, para los hilanderos y exportadores es una amenaza existencial. Y en la mitad, los algodoneros alertan que la medida puede borrarlos del mapa.

El decreto que podría tumbar el TLC

Según AmCham Colombia, el decreto abre un riesgo directo en las exportaciones a Estados Unidos, que representan 31% de las ventas externas del sector.

La entidad lo explica por la regla de origen “yarn-forward” del TLC. Para que una prenda entre a EE.UU. con arancel 0%, el hilado, tejido y confección deben ser originarios de Colombia o de EE.UU. Si una empresa acoge los hilos de la canasta del Decreto 1197 —provenientes de China, India o Pakistán—, la prenda pierde origen y pasaría a pagar aranceles desde 18%.

Las cuentas

18,3% de arancel NMF, en promedio, con 10% extra de la tarifa recíproca de 2025, acumularía una carga total de 28,3%.

Ejemplo: una camiseta de US$10 puede entrar con US$1 de arancel si cumple origen, o con US$2,83 si usa hilado importado del decreto: casi el triple. Para AmCham, el riesgo no es menor: pérdida de margen, caída de contratos y posibles sanciones de aduanas de EE. UU. por mal certificar origen.

La tensión aumentó cuando el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, calificó la medida como una apertura de la industria nacional “a los depredadores asiáticos” y proyectó la pérdida de 8.000 empleos si el esquema se sostiene.

El embajador de China en Colombia, Zhu Jingyang, respondió que el “proteccionismo a favor de intereses de una minoría” frena el progreso. Ante esto, Mac Master replicó que el diplomático pretende “dar lecciones de política industrial” y que su mensaje revela los intereses detrás de la medida.

¿Qué dicen los hilanderos?

Fabricato fue directo. La compañía, que es una de las principales hilanderías del país, alertó sobre el efecto que tendría el decreto en la estructura productiva nacional. La empresa aseguró que Colombia tiene hoy muy pocas textileras activas y que estas ya enfrentan contrabando, dumping y competencia de países con costos laborales y ambientales considerablemente menores.

“Tenemos que cumplir normas laborales, ambientales y tributarias que otros países no cumplen. Es una competencia desigual”, señaló Esteban Tobón, VP de Fabricato.

También cuestionó que la eliminación del arancel sea presentada como una herramienta para enfrentar a plataformas de e-commerce como Shein o Temu, señalando que reducir el arancel a los hilos apenas disminuye 1 % del costo final de una prenda.

“Eso no compite con camisetas que llegan al país a $8.000 o $10.000. Ni siquiera cubre el costo de la fibra de algodón”, indicó Fabricato.

Una crónica de una muerte anunciada para los algodoneros

El impacto también alcanza al sector agrícola. César Pardo, presidente de Conalgodón, aseguró que eliminar 10% de arancel a los hilos de algodón produciría el cierre de las tres hilanderías que sobreviven en el país —Fabricato, Nyltex Helados y Universal de Hilados—, lo que acabaría con el mercado interno para el algodón.

Según la agremiación, los productores tendrían que exportar en condiciones más costosas, con un sobrecosto estimado de 10 centavos de dólar por libra, equivalente a 13% de los ingresos actuales de los agricultores, en un contexto en el que la libra de algodón ronda los 66 centavos.

La asociación pidió al Gobierno establecer un contingente arancelario: que primero se compre la totalidad del algodón nacional y, solo después, se autorice la importación de hilados con arancel cero.

Confeccionistas piden alivios para sobrevivir a la competencia asiática

Del otro lado de la discusión, los confeccionistas —beneficiarios directos del decreto— sostienen que la medida les permite reducir costos en un momento en el que enfrentan la competencia de ropa asiática terminada que ingresa por comercio electrónico, muchas veces a precios difíciles de igualar por la industria local.

Para el segmento, el decreto es una herramienta para mantener operación y empleo mientras continúan solicitando ajustes al régimen de mínimes, que permite la entrada de pequeños envíos sin arancel.

Guillermo Criado, presidente de la Cámara de Confección Colombiana, aplaudió la expedición del decreto, explicando que en Colombia solo produce 5% del hilo que necesita la industria, y que además, 99% del empleo que se genera es de la industria de moda en general, los hilanderos solo tendrían 1%, a lo que alude a la afectación de más de 8.000 empleos que dijo Bruce Mac Master que estarían afectados.

Mario Hernández también coincidió en que este arancel no afectaba mucho, puesto que el hilo es una parte muy pequeña en la constitución de costos. "Esto no es que nos haga competitivos, sí, necesitamos materiales para competir con China y el mundo, pero esto solo baja el precio al hilo, pero no influye mucho al precio del producto".

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