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La producción de esmeraldas ha caído, pero la piedra ha ganado valor

Lilian Mariño Espinosa

Entonces, si bien el nivel de quilates exportados viene disminuyendo en los últimos años, el valor por quilate ha aumentado, ya que son más escasas y la gente sigue reconociendo que las esmeraldas colombianas son las que mayor valor tienen.

Según las cifras de la Agencia Nacional de Minería (ANM) la producción el año pasado llegó a 1,8 millones de quilates, mientras que Zambia generó 20 millones. No obstante, como explicó Gabriel Angarita, presidente del gremio exportador, la idea no es ver que tan productivos somos nosotros, sino ver que producimos en diferentes clases de minas. Mientras allá es a cielo abierto acá son minas en socavón y eso hace la diferencia. El valor de la esmeralda colombiana adquiere más relevancia. O como explican, más calidad en proporción. 

“Puede que en otros países se generen gemas valiosas, pero la mayoría viene de Colombia, por lo que siempre que hay esmeraldas del país, las personas prefieren pagar un poco más”, explicó Angarita. 

Entonces a pesar de que cada año baje un poco más el tamaño, el precio de las exportaciones si siguen aumentando. 

Ahora, frente a la devaluación, los productores han señalado que más que beneficiarlos ha sido “nefasta” por lo rápido y abrupto que ha sido.

Según explican, cuando hay una depreciación inconstante las ventas y compras siempre benefician o hacen perder a alguna de las partes. Es decir, “si un cliente compró hace un mes un inventario a $2.600 y hoy está a $3.100, el que venga hoy tiene la mercancía más barata. Se crea una distorsión del mercado más no una realidad porque el otro compró mejor”. Por lo que explican que se han afectado las predicciones de compra y venta hasta en el mismo día.