Las diferencias que tienen detenida la conclusión de las obras del edificio BD Bacatá
martes, 23 de marzo de 2021
Las diferencias de dinero entre Aluman con el fideicomiso y la empresa promotora tendrían detenido el proyecto que debía ser entregado en 2017
El proyecto BD Bacatá, conocido por ser el primer rascacielos de Colombia, inició su construcción en 2011 y estaba programado para ser entregado en su totalidad en 2017. No obstante, la falta de recursos llevó a que en 2019 la constructora que inició el proyecto, Prabyc Ingenieros se retirara y que asumiera la firma Aluman, para completar el resto de la obra. Pero esta aún no ha sido entregada en su totalidad debido a que, de acuerdo con fuentes cercanas consultadas por LR, se debe a desaveniencias frente a los activos con los que Acción Fiduciaria pagaría la construcción una vez esta sea completada.
La historia se remonta a 2009. Ese año, por medio de un crowdfunding, participaron más de 4.200 inversionistas que adquirieron derechos fiduciarios o FiDis para recibir utilidades con la entrega del proyecto. La inversión inicial del edificio fue de más de US$20 millones.
El contrato inicial fue suscrito entre BD Promotores, una empresa española, la constructora Prabyc Ingenieros y Acción Fiduciaria. En un principio se había hablado de la entrega del proyecto en 2017. No obstante, la promotora se quedó sin fondos y entró a liquidación.
La Superintendencia de Sociedades anunció que la empresa BD Promotores, detrás del proyecto, había sido admitida en reorganización el pasado enero de 2018 y hace unas semanas informó que esta sería liquidada. “Al entrar la promotora en liquidación se creó una situación completamente nueva para el proyecto”, afirmó Pablo Trujillo, presidente de la Junta Directiva de Acción Fiduciaria.
Como les debían más de $20.000 millones, Prabyc se escindió del proyecto y se contrató a Aluman para que terminara obras de la fachada, la torre sur y norte. Así, los costos serían pagados con activos.
Hasta ese momento, Prabyc Ingenieros había estado al frente de la obra, no obstante, “cuando se acabó la plata del proyecto, nosotros no continuamos. Cuando se liquidó la promotora a nosotros nos quedaron debiendo $25.000 millones”, aseguró Diego Fernando Prada, socio de Prabyc. De acuerdo con Trujillo, “Bacatá ya está entregado en 60%, las viviendas y oficinas están funcionando, el centro comercial también” y añadió que “lo único que queda realmente por terminar son los hoteles”.
Pero el problema entre los actores, según fuentes cercanas, es que la obra presenta sobrecostos que no estaban contemplados inicialmente y a la constructora le genera preocupación que los activos con los que se respalda el edificio no cubran el monto total. Por su parte, el fideicomiso asegura que esas son diferencias con la promotora y el compromiso de ellos es entregar los activos una vez la obra esté concluida en su totalidad.
“Ellos suscribieron un contrato con BD Promotores, que estaba en reorganización. Hasta ahora ellos no han cumplido su contrato, abandonaron la construcción”, aseveró Trujillo y añadió que, el problema de la constructora es con la promotora de la obra, porque fue con esta con la que inicialmente firmó el contrato.
Cabe recordar que parte de los acreedores de la obra son del fideicomiso, otros de la promotora y algunos son comunes. Y si bien el contrato fue firmado por la constructora y la promotora, en 2019, Grupo Aluman, BD Promotores Colombia, Prabyc Ingenieros y Acción Fiduciaria suscribieron un acuerdo promovido por la fiducia en el que se establecía un cronograma para terminar el proyecto.
De acuerdo con algunas fuentes, la promotora habría asegurado que la obra estaba construida en 95%; sin embargo, las obras de la torre norte tendrían un avance inferior, lo que generaría los sobrecostos que los demás actores señalan. Además, la constructora estaría reclamando que se le debe hasta la instalación de la fachada de vidrio.
Una fuente que prefirió no revelar su identidad aseguró que la obra continuó con el fin de no perder todo lo invertido con anterioridad.
Por su parte, la fiducia afirma que ellos no pueden entregar ningún activo hasta que no se concreten las obras. “En este momento la posición nuestra es buscar un arreglo con el constructor o sino hay que buscar una solución diferente”, dijo Trujillo.
Esta salida sería, por ejemplo, vender los hoteles a empresas que estén dispuestas a terminar las obras o cambiar de constructor. Lo que haría que el tan anunciado rascacielos de Bogotá siga sin completarse.