Llega la primera Navidad sin ninguna frontera para la venta de los aguardientes
sábado, 6 de diciembre de 2025
Para la temporada decembrina, las siete marcas de las licoreras regionales venderán cerca de 30 millones de botellas. Antioqueño y Manzanares lideran
Este diciembre será el primero en el que se comercializará aguardiente sin restricciones a la libre competencia. Por primera vez, serán los consumidores quienes elegirán con cuál marca se quedan para brindar.
Hay que recordar que la Industria Licorera de Caldas, ILC, ganó una batalla histórica, pues las acciones jurídicas que llevó a cabo derivaron en un fallo que terminó con el monopolio licorero: la Corte Constitucional declaró inexequibles dos incisos de la Ley 1816 que permitían a cada departamento aprobar o rechazar el ingreso de otros jugadores en su territorio.
Según el sondeo realizado por este diario, para el último bimestre del año, la industria licorera del país venderá cerca de 30 millones de botellas; una cifra que confirma el dominio del guaro como la bebida espirituosa más popular, con una participación de 40% en las ventas totales en el segmento, sin incluir a la cerveza.
Sin duda, hay unos liderazgos marcados en esta categoría, con Aguardiente Antioqueño a la cabeza y escoltado por Amarillo de Manzanares, Blanco del Valle y Néctar (ver gráfico).
Así va el mercado
Las métricas del negocio muestran que, hasta agosto, se vendieron aproximadamente 62 millones de botellas, esto según el cálculo de la industria, que las consolida en unidades de 750 mililitros.
De manera desagregada, Aguardiente Antioqueño acumula 45 millones de unidades vendidas y, tal como lo mencionó el gerente de la Fábrica de Licores de Antioquia, FLA, Esteban Ramos Maya, la expectativa para este diciembre apunta a comercializar 10,5 millones de botellas: “Esto representa entre 15% y 17% sobre el total de las ventas alcanzadas para un año”.
Además, resaltó que el aguardiente tiene un peso superior a 90% para las ventas de la compañía, cuyo portafolio también incluye ron, bebidas hidratantes y vodka.
Hay que decir también que, por ahora, la FLA llega a 29 departamentos y es la segunda licorera con mayor alcance en el mercado nacional.
Su gerente resaltó que entre las regiones que más demandan la marca, Antioquia lidera con casi la mitad de las ventas. Luego están Bogotá y la costa Atlántica. Esta última zona, por su vocación turística, es relevante para el negocio porque los visitantes movilizan el consumo.
“El año pasado en Bogotá superamos las siete millones de unidades anuales y este año esperamos vender 7,3 millones. En la costa Atlántica somos líderes absolutos, los nativos de la región consumen nuestros productos, pero los viajeros también quieren Aguardiente Antioqueño y Ron Medellín”, subrayó.
De acuerdo con las últimas estimaciones entregadas por la Industria Licorera de Caldas, ILC, esta compañía vende cerca de 13 millones de botellas anuales de aguardiente y sus caballos de batalla para esta competencia son Aguardiente Cristal y Amarillo de Manzanares. Este último, tras motivar el punto final del monopolio, solo tiene pendiente su ingreso a un departamento: Puntumayo.
Para la ILC, la temporada navideña inicia desde octubre, con el despacho de los productos a los diferentes comercializadores, tanto nacionales como internacionales, y estos posteriormente abastecen los diferentes canales de distribución.
Sin discriminar entre aguardiente y ron, Diego Angelillis Quiceno, gerente de la compañía, indicó que “en estos últimos tres meses del año, vendemos una cifra cercana a 40% de la venta total del año, es decir 20 millones de unidades de las cerca de 48 millones reducidas a 750 mililitros que están proyectadas para 2025. Para este año se tiene previsto que cerca de 80% de las ventas totales de la ILC sean de Aguardiente Amarillo de Manzanares y de Ron Viejo de Caldas”.
“El primero ha registrado un excelente crecimiento desde 2024 y, por supuesto, Ron Viejo de Caldas, se mantiene como líder de la categoría”, agregó el gerente.
Según detalló, las mayores ventas de sus marcas se presentan en los departamentos que exhiben los más altos índices de consumo: Antioquia, Valle y Cundinamarca, cuya participación totales es de aproximadamente 48%.
Precisamente, Valle fue el mercado al que más recientemente ingresó el Amarillo de Manzanares; una plaza en la que manda el sello local: Blanco del Valle.
Con corte a octubre, esta marca había comercializado 7,06 millones de botellas y confirmó su presencia en el top tres de las que lideran el negocio.
Julián Dorado, subgerente comercial de la Industria Licorera del Valle, ILV, señaló que la temporada decembrina es relevante porque en ella se realiza la Feria de Cali; un evento con una tradición de mas de 60 años y que representa el punto más alto en términos turístico, para la Sucursal de Cielo. “Históricamente, la temporada pesa 30% sobre el total de la venta anual”, comentó el subgerente.
A su juicio, cada mes tiene un peso diferente, siempre en relación con las fechas de conmemoración, eventos culturales y de región. Además, hizo notar que también dinamizan el consumo los eventos de gran magnitud, entre ellos, los conciertos. Sin embargó, insistió en que “los meses que mas pesan son los del ultimo trimestre del año”. En su caso, con base en las cifras prospectivas, en los dos últimos meses pueden vender hasta 3,03 millones de botellas.
Los datos lo respaldan, según la Asociación Colombiana de la Industria Licorera, Acil, en los cinco bimestres anteriores las ventas no superan 19%, pero entre noviembre y diciembre las siete marcas principales movilizan 30% del total para un año.
La misma agremiación indicó que la demanda, este año, muestra un crecimiento promedio de 4,3% y se estima que, efectivamente, la apertura de las fronteras departamentales está estimulando nuevas ventas. Este año, con base en el comportamiento histórico, las licoreras departamentales podrían superar 96 millones de botellas vendidas.
Luz María González, vicepresidenta corporativa de Dislicores, ya lo había anticipado desde que se conoció el fallo que abrió el mercado: “Esto implica que se podrá distribuir el producto en todos los departamentos. Y al mejorar la libre competencia, el más beneficiado es el consumidor final porque tiene más oferta, mejor calidad y mejores precios”.
Tal como lo manifestó en su momento, “Para el Gobierno lo importante es que se evitará el contrabando técnico, como sucedía antes de la apertura”.
En medio de esta carrera por los compradores, la Licorera de Cundinamarca también aparece en escena con Néctar; un sello que, hasta octubre, entregó 3,3 millones de botellas y es originario de uno de los departamentos con mayor demanda.
Para 2024, vendió 7,04 millones de botellas y aunque su gerente no precisó cuál es la expectativa para cierre de año, deberá vender un poco más de 3,7 millones para igualar o superar su registro.
La reinvención
Una vez eliminada la potestad para cerrar la puerta a los competidores, cada licorera ha tenido que autoevaluarse y, muchas de ellas, deben replantear su estrategia de ataque, ya que el plan de competitividad de reconfigura.
“Ahora las licoreras que están en aprietos se deberán esforzar mucho más para que los productos de las otras jugadoras no se les coman el mercado”, puntualizó González.
Amarillo de Manzanares rompió el monopolio y abrió el mercado del guaro
La Ley 1816 permitía que cada departamento productor de destilados decidiera cuáles jugadores ingresaban a su territorio; una restricción a la libre competencia que se justificaba en la protección rentística que necesitaban estas regiones, pues la venta de sus licores genera parte del recaudo para financiar servicios esenciales como salud y educación. Tras encontrar trabas para expandirse, la ILC inició acciones jurídicas y, en febrero de este año, la Corte acabó el monopolio.