Los cuatro hechos que afectan la imagen de Uber
lunes, 7 de marzo de 2016
Business Insider dio a conocer que entre 2012 y 2015 se han recibido cinco reclamos por actos de violación sexual y unos 170 concernientes a acosos en el servicio. Uno de los hechos más resonados tuvo que ver con la violación de una mujer por parte de un conductor afiliado de Uber en India que fue condenado por un juez de ese país.
Saber sobre el estado mental de quien está tras el volante y si tiene los requerimientos para responder ante un accidente, son las quejas más recurrentes sobre el servicio. Por esto mismo a Uber se le tiene en la mira por dos hechos ocurridos en Estados Unidos. El primero de ellos tuvo lugar en Michigan, donde un conductor transportó a algunos usuarios horas previas al tiroteo que provocó, dejando un saldo de seis muertos.
El segundo suceso tuvo lugar en Miami, donde un joven que se transportaba en Uber murió luego de que el vehículo colisionara con otro carro. En su momento familiares y autoridades indicaron que el conductor del Uber contaba con más horas de conducción de las que se le exigen a un taxista regular.
Y a esta foto de regulación ahora se le suma en Colombia una multa por la Superintendencia de Puertos y Transporte de $451 millones (US$144.000) por facilitar las infracciones a las normas de tránsito.
Según lo explicó el superintendente delegado ad hoc de Tránsito y Transporte Terrestre, Pablo Arteaga, las irregularidades de la aplicación, según la ley colombiana, “podrían también implicar una violación a las normas de protección a la libre y leal competencia”, razón por la que también la Superintendencia de Industria y Comercio podría entrar a indagar sobre el modelo de contratación de la plataforma tecnológica.
Desde la academia, la Universidad Nacional en su primera versión del Congreso de Gestión de Organizaciones advirtió que Uber no es ejemplo de economía colaborativa. El ingeniero industrial y psicólogo social Leonardo Schvarstein, de la Universidad de Buenos Aires, considera que “este tipo de plataformas se vende como un movimiento colaborativo, donde todos cooperan y ganan, pero allí no se comparte nada”.
El académico asegura que, en el otro extremo, están quienes ofrecen sus automóviles para el servicio de transporte. “Son ellos los que asumen los riesgos propios del negocio; además, deben pagar impuestos, seguros y asumir la depreciación de su bien patrimonial, aspectos que los conductores no suelen sumar en sus cuentas”, agrega.
Y mientras la polémica sigue agregando más elementos sobre la conveniencia o no del servicio de Uber, el plazo otorgado en el decreto que reglamenta el servicio de lujo (anunciado en noviembre por el Gobierno) sigue corriendo. Ya se cumplió la mitad del período para regular la operación de este modo de transporte.