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Los errores de CBI que encontró la Contraloría en la construcción de Reficar

Carlos G. Rodríguez

Según el órgano de control, los sobrecostos que se presentaron en la construcción de la refinería significaron US$6.080 millones, entre los US$4.144 millones en los que calculó el daño emergente y los US$1.936 millones en los que ubicó el lucro cesante. La Contraloría puso en su mira a CB&I y a sus filiales en Colombia (entre ellas CBI Colombia) por la pérdida de productividad en la que se vio inmersa el proyecto.

En específico, la entidad dirigida por Edgardo Maya considera que la compañía tiene parte de responsabilidad en el aumento del presupuesto que se aprobó el 7 de mayo de 2012. En ese momento, según la Contraloría, se pasó de US$3.993 millones a US$4.854 millones. 

En ese cambio, acusa a la firma de haber incurrido en sobrecostos “por pérdida de productividad de la mano de obra directa, causada por actos u omisiones tanto por parte de CBI y Reficar en ingeniería, modularización y construcción”. 

Desde que se prendieron las alarmas sobre los sobrecostos en la refinería, el contrato de CBI ha estado bajo el escrutinio de los órganos de control. Aunque el proyecto inicialmente estaba a la cabeza de Glencore, que tenía una participación accionaria en Reficar, Ecopetrol asumió el liderazgo de la construcción cuando la compañía estadounidense demostró no tener la liquidez necesaria tras la caída de Lehman Brothers.

Glencore ya había firmado con CBI, en noviembre de 2007, el contrato de ingeniería básica con la modalidad de costos reembolsables y, a final de 2009, Ecopetrol la ratificó como la responsable del proyecto. La empresa venía trabajando desde 2008 apoyando la estructuración del proyecto e, incluso,  en acondicionar servicios en un terreno de 130 hectáreas donde se ubicó Reficar.

En ese momento, la multinacional generaba 17.000 empleos en los cinco continentes en donde hacía presencia. Hoy, a pesar de que registró ingresos por US$10.679 millones,  cerró el año pasado con una pérdida de US$313,1 millones. A estos números en rojo, también le debe sumar la responsabilidad que, según la Contraloría, tiene en el aumento que se aprobó en mayo de 2013 y con el que el proyecto pasó a costar US$6.901 millones.

Para el órgano de control, CBI es responsable de costos por “desviaciones en la subcontratación de trabajos” (la entidad ha hablado que se hicieron adiciones contractuales que superaron 100% sus valores iniciales). Además, considera que impactó en el cronograma del proyecto por el bajo rendimiento en el desarrollo de la ingeniería de detalle y por los costos que no asumió de tiempos extra y turnos adicionales.

La compañía también tendría responsabilidad en los retrasos en las fechas de terminación de construcción de los subsistemas de unidades y por los retrasos tras los cambios en la estrategia que se hicieron para mitigar sus incumplimientos. Desde hace un año, CBI está bajo el control de la Superintendencia de Sociedades, pues su patrimonio neto se había reducido en un 50% y su nivel de endeudamiento estaba arriba de 105%.

La opinión

Pablo Márquez
Socio de Márquez Barrera Castañeda Consultores 
“La Contraloría lo que busca son procesos de responsabilidad fiscal. Puede venir un proceso de reparación directa”.

((Lea:Detrimento patrimonial de Reficar es de $17 billones))