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Medidas que no son...

Alejandro Castañeda

En un estudio publicado por Acolgen, Andesco, Asocodis y Andeg se demuestra que Colombia se encuentra en la media tabla e incluso por debajo, si se compara con sus principales socios.

El informe asegura que el precio medio industrial es inferior al de la mayor parte de los países de la muestra. Si la comparación se realiza con vecinos como Perú y Brasil, como se suele hacer de manera ligera, es necesario explicar que estos no son mercados cuya formación de precio sea eficiente y en los cuales exista la participación de múltiples agentes. Se basan en esquemas de valoración de recursos a costo contable, presentan problemas de suministro, cuentan con insumos subsidiados y resultan bastante distantes de un mercado en competencia como el que se implementó en Colombia. No amerita ni siquiera compararnos con Venezuela o Argentina, debido al modelo económico que impera en dichos países.

Los esquemas de los vecinos son más parecidos al utilizado hasta principios de los años noventa en Colombia y que nos llevó al racionamiento. Ese problema causó pérdidas por US$1,6 billones de la época.

El estudio hace una comparación, con una tasa de cambio por dólar de $2001 en promedio para 2014, encontrando que Colombia en nivel de tensión 4, donde la mayoría de industria se conecta, está de media tabla para abajo, con una tarifa de 10 centavos de dólar por kWh (USc/kWh). A mayo de 2015, la tarifa es de USc 8,1/kWh, siendo solamente superada por 3 países.

En Andeg consideramos que se deben adoptar las mejores prácticas de diseño de mercados, como en Estados Unidos y Europa. Nuestra apuesta es realizar un debate técnico e informado, que contenga discusiones conceptuales sólidas, de manera tal que neutralice el carácter de los distintos intereses. Lanzar propuestas sin valoración de impacto, reduce el debate a ejercicios de casuística. Así se construyen ‘empresitas’ pero nunca una visión de país y mucho menos de competitividad. 

Lo que preocupa es que el Gobierno se involucre en debates pobres, presionado por la ‘real politik’ y publique medidas sin rigor técnico. Una reciente propuesta regulatoria, tiene profundamente preocupadas a las empresas de generación termoeléctrica, en la medida que destruye el valor de las compañías y cuestiona no solo la fortaleza institucional para la protección al inversionista sino el mismo sentido de la propiedad privada. 

La aproximación de la Creg para resolver un problema planteado por parte del sector industrial, asociado a la escasez de contratos de respaldo financiero, es mediante un ajuste al cargo por confiabilidad. Esta visión es equivocada. La escasez de contratos es resultado de la limitada oferta de gas natural para la generación térmica y de otro lado, por la nula participación de intermediarios financieros y comisionistas de bolsa, lo cual exige una revisión del diseño actual del mercado eléctrico, tal como ya lo esbozó el actual Plan Nacional de Desarrollo.