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Mesacé se renueva a los 102 años, tras ser vendida a un grupo de inversionistas

Francisco Javier Arias

Mesacé, que fundó don Jesús Mesa Caballero en Jericó, en 1910, y que pasó por tres generaciones de la familia Mesa, cambió de dueños en marzo. La fortaleza de su marca, la calidad de sus productos y la tradición de 102 años en el mercado, fueron los principales activos adquiridos por los nuevos accionistas.

La primera tarea, dice el joven gerente y socio, Felipe Rodríguez Sanín, fue poner orden en la casa, tanto en la optimización de portafolio de productos, como en el adelgazamiento de los costos operativos, entre ellos, la nómina, ahora compuesta por 28 talabarteros y artesanos, frente a los 180 que tuvo hace dos años y a los 80 que terminaron en 2011.

Las tareas básicas que han empezado la junta y la dirección de la empresa para sacarla adelante, se resume en tres palabras simples, pero complejas: foco, rentabilidad y eficiencia.

Para ello, Rodríguez parte del convencimiento de que la marca Mesacé puede seguir siendo grande en el mercado, a pesar de la competencia de empresas nacionales y de las importaciones de manufacturas y productos de cuero. “Mesacé es un ícono por lo que ha sido y lo que llegará a ser” dice este Ingeniero Mecánico de la UPB, de 35 años y con MBA en la prestigiosa Universidad de Oxford, con énfasis en emprenderismo. “Siempre quise tener mi propia empresa y desde la universidad había intentado algunos negocios con varios compañeros, pero ahora estoy frente a un reto muy grande”, dice.

Las tres generaciones de la familia Mesa que manejaron la empresa, señala, posicionaron la compañía e hicieron grande a esta marca, pero la competencia en el mercado y los costos operativos le generaron dificultades.

Ahora, el grupo de inversionistas (el mismo gerente, junto con su padre, Sergio Rodríguez -ex gerente de Prebel-, Juan David Soto -gerente de Somex-, y “un amigo ganadero y finquero”), le apuestan a la innovación y a mantener la calidad en sus líneas de negocios: Marroquinería (artículos de cuero para uso personal), Equina (sillas de montar y otros accesorios para la caballeria) e Institucional (maletines e implementos para ejecutivos) y se concentran en un su almacén propio, el de ventas de fábrica, en la Avenida Guayabal.

“La gente le cree a la marca Mesacé y a la calidad de sus productos y tenemos el compromiso de mantenerla y de ofrecer diseños más innovadores”, dice el gerente.

Y en esta tarea ya han realizado inversiones por unos $100 millones, sin contar los $50 millones de las prestaciones pagadas a varios trabajadores y empleados.

Los compradores estiman que entre los activos adquiridos, el valor de la marca representa por lo menos el 70% de la empresa. Con base en esta fortaleza, planea ventas por unos $300 millones por mes y por $3.600 millones en el primer año en sus 120 referencias.