Comercio

“Nos echan el cuento de que las empresas son abusivas, pero son el motor del país”

Evaristo Piedrahíta, promotor de la campaña ‘Hablemos bien de las empresas’, afirma que toda compañía comenzó siendo informal

Juan Pablo Vargas Cuellar

En medio de la incertidumbre en temas no solo políticos sino también económicos, Evaristo Piedrahíta, fundador y gerente de la panadería Susi, es partidario de que la respuesta a toda adversidad es seguir adelante, “seguir remando”, algo que él ha aplicado varias veces en su trayectoria. El empresario oriundo de Itagüí, Antioquia, hoy no solo está dirigiendo su empresa. Lleva además el timón de una campaña en pro del empresariado nacional, ‘Hablemos bien de las empresas’, generando una serie de contenidos de vídeo en que resalta la labor y las historias de distintos tipos de empresarios, que luchan por sacar adelante sus emprendimientos y, con ello, al país mismo.

A propósito de su canal ‘Hablemos bien de las empresas’, cuéntenos ¿por qué son importantes los empresarios?

Los empresarios son una cosa maravillosa. Cuando uno habla con otros colegas se da cuenta que cada negocio es un ‘micromundo’: todos estamos produciendo algo para el país y también estamos vinculando a las personas al trabajo.

¿Qué opinión le merecen las personas que hablan mal de ustedes, empresarios?

En algún momento nos dejamos echar el cuento de que las empresas eran abusivas. Pero la gente no sabe ni entiende que más del 90% de las empresas que existen en este país son pequeñas, micro y medianas. Nosotros somos el motor del país.

¿A qué se refiere cuando dice que son el motor del país?

La infraestructura, la educación, todos los gastos de este país los pagamos nosotros los empresarios pequeños; nosotros somos los que sostenemos a Colombia, no el Gobierno, ni las empresas grandes, sino la micro y pequeña empresa.

Y eso que también hay mucha informalidad...

Sí. Yo he encontrado a personas que la emprenden contra los informales y no entiendo por qué lo hacen. Pero la mayoría de las empresas que hoy son pequeñas o medianas, en algún momento fueron informales. Cuando mi señora montó nuestro negocio, ella trabajaba en la casa, o sea en la informalidad, y hoy somos formales. Entonces, esa es la evolución natural de una empresa, la mejor manera de formalizar una empresa es ayudando a que crezca.

¿Qué dificultades ha tenido usted en este camino tan largo que lleva en su empresa?

En 2016 sufrí quizá uno de los episodios más duros en mi vida. Se nos quemó todo. Allí, yo lo perdí todo, veía mi empresa en llamas y luego en cenizas. Pero encontré mucha gente, empresas y amigos que me ayudaron: proveedores, clientes, etc. Por eso quiero que todos escuchen la importancia de la solidaridad con otro empresario. Todos en ese entonces me decían: “tiene que seguir”.

LOS CONTRASTES

  • Francisco NogueraPresidente de iNNpulsa Colombia

    “Con iNNpulsa hemos venido trabajando con importantes aliados para reflexionar sobre cómo seguimos siendo un refe- rente de emprendimiento en Latinoamérica”.

¿Quiénes lo ayudaron?

El Grupo Éxito, Bancoldex, y muchos empresarios me tendieron la mano. Hasta gente que no conocía y por eso quedé con esta sensibilidad de ayudar en estos momentos.

¿A qué cree que se debió tanta bondad de la gente con usted?

Uno se tiene que manejar bien, con los empleados, con los clientes; es el poder de la marca. Si usted hace su tarea bien, eso se nota y la gente lo aprecia y lo va a ayudar. Manéjese bien con los proveedores, porque fueron ellos las grandes ayudas que yo tuve.

¿Cómo fue el proceso de reconstrucción de todo?

Desde cero. Yo atendía en mi oficina con cenizas, la planta con cenizas, los invitaba (a los proveedores) y veían lo que pasó, pero yo les decía que lo iba a reconstruir y que les iba a pagar todo lo que les debía.

¿Cómo fueron sus inicios en este mundo empresarial?

Yo soy muy comercial, a mí desde siempre me ha fascinado todo lo que tenga que ver con el comercio. He recorrido toda América Latina ofreciendo mis productos y promocionando mis empresas.

¿Y en el caso de Susi?, cuéntenos de sus inicios...

El negocio empezó porque mi esposa, Susi, estudió repostería en Alemania. Entonces eso y nuestro gusto al trabajo terminó en nuestra empresa, la cual estamos catalogando entre mediana y pequeña empresa.

¿Qué oportunidades cree usted que hay en Colombia?

En Colombia se necesitan un millón de hectáreas nuevas de maíz. En el país hay donde sembrarlas, existe la tecnología, el conocimiento, las semillas, pero estamos desarticulados. Se debe juntar la universidad, el Gobierno y los privados. Porque, por ejemplo, el departamento del Cesar también tiene dos millones y medio de hectáreas, allá hay donde sembrar ese maíz, y en el departamento de Córdoba también.

¿Por qué, incluso cuando a aveces es tan difícil, la gente sigue montando empresa en Colombia?

El que monta una empresa en este país y en cualquier parte del mundo, lo hace por pasión, el empresario es de corazón. Es un camino de subida, nunca vas en autopista.

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