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Nuevas teorías para los precios del petróleo este 2015

Lilian Mariño Espinosa

John Hofmeister, presidente de Royal Dutch Sheell habló esta semana de un barril de crudo en US$80 para mediados de este año, ya que para el directivo sin inversión muchos de los pozos existentes  están en riesgo de “caídas naturales” lo que llevaría a que la oferta existente se reduzca. No obstante, como señalaron medios internacionales, esto no es nada comparado con las predicciones que realizó en el Foro Económico Mundial Claudio Descalzi, CEO de la compañía de energía Eni Spa, quien cree que el barril de crudo podría alcanzar los US$200 en algunos años por una escasez en la oferta.

Sorpresivamente el directivo no es el único que está proyectando esta exorbitante cifra, para el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, Abdullah al-Badri, los valores del crudo podrían ya haber tocado fondo y un posible salto a US$200 dólares por barril es posible en tres o cuatro años. Esto a pesar de que el máximo que ha alcanzado el barril de crudo es US$140 en el 2008, justo antes de la crisis económica del 2009.

Esta teoría se basa en la falta de inversión petrolera producto de los recortes presupuestales que se están dando estos meses en exploración y producción. Para los analistas esta disminución en la inversión afectará el equilibrio internacional ya que tomará mucho tiempo empezar nuevos proyectos cuando una nueva demanda de suministro llegue.

A nivel internacional se espera que las inversiones en exploración disminuyan 13% este año, esto significaría, explicó Descalzi,  que nuevos proyectos tomarían seis años más en empezar a producir después de que se reactiven. Para el directivo esto implica que cuando la demanda aumente será difícil generar lo que se necesita y la falta de oferta provocará un aumento drástico de los precios.

Después de las explosivas declaraciones varios expertos concluyeron que un barril a US$200 generaría que los importadores disminuyan sus compras y aceleren los esfuerzos para cambiar sus matrices energéticas a fuentes alternativas. En conclusión, con esos precios los alternativos tendrían vía libre para finalmente tomarse todo el mercado de  energía mundial.