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Pleito fiduciario tiene en veremos la inauguración del Hilton Garden Inn.

Natalia Arteaga

El  desacuerdo entre las partes inició porque la fiduciaria quiso imponerle algunas condiciones de desarrollo al complejo, que no iban con los intereses de los fideicomitentes. En dichas intervenciones también habrían participado  algunos beneficiarios de área (o quienes compraron suites), conoció LR.

Martha Bonett, abogada del Departamento de Negocios de Cavelier Abogados, explicó que en este tipo de negocios el beneficiario de área se debe adherir a los diseños elaborados por el desarrollador del proyecto. Sin embargo, la experta aclaró que es posible que en los contratos se pacten puntos específicos.

El diario tuvo acceso al contrato de fiducia mercantil de administración y encontró que los fideicomitentes tendrían plena potestad sobre la construcción de la obra.

En la séptima cláusula del documento, dice que “se  permitirá que los fideicomitentes, por su cuenta, riesgo y bajo su exclusiva responsabilidad financiera, jurídica, técnica y administrativa, desarrollar un proyecto inmobiliario sobre los inmuebles que hacen parte del fideicomiso lote”.

Y más adelante, en el décimo  párrafo, se señaló que los beneficiarios de área no tienen derecho a intervenir en las decisiones de incumbencia de los  fideicomitentes.

Otro de los motivos que tienen en dificultades a las partes, es la supuesta socialización que   Acción le habría hecho a los beneficiarios sobre la reserva bancaria de los constructores.

Al consultar a Pablo Trujillo,  presidente de la fiduciaria en cuestión, explicó que por ese mismo motivo (reserva bancaria) la firma se abstenía de  referirse a cualquier negocio en particular. “Una organización de este tipo solo puede hablar acerca de negocios públicos”.

Otra de las razones que retrasó (en unos seis meses) la obra del complejo, fue el incumplimiento en los pagos de seis beneficiarios de área (de un total de 50), que en conjunto, llegaron a adeudar cerca de $14.000 millones.  

La cifra que le estaba poniendo el pie al avance del Hilton Garden Inn de Rosales, se suplió con un préstamo solicitado al Banco Colpatria. Entidad que se convertiría en la fiduciaria oficial del proyecto, si Acción accede a firmar el contrato de transferencia.  De no llegar a una conciliación, el pleito podría resultar en demanda por parte de los gestores a la fiduciaria. 

Los asociados corporativos  de M&A, Philippi, Prietocarrizosa & Uría, Mónica Hernández, Paula Buriticá y David Beltrán comentaron que la ley y los contratos de fiducia establecen derechos para los fideicomitentes que permiten el cambio de fiduciaria, pero las formalidades de dicho cambio se rigen, en gran medida, por las condiciones propias del contrato. En la décima novena cláusula del documento, se advierte que se puede terminar el contrato por mutuo acuerdo, siempre y cuando no estén vinculados beneficiarios de área.

Las opiniones

Martha Bonett
Abogada del depto. de negocios de Cavelier
“Por lo general, en estos negocios, el beneficiario de área se adhiere a los diseños de los desarrolladores. Pero hay casos particulares”.