Empresas

Por perjuicios en alquileres, Edificio Interbolsa ahora se llamará Torre Andina

Tatiana Arango M.

Se cierra otro capítulo en la historia de Interbolsa. Mientras el caso de fraude de la famosa comisionista continúa en los estrados judiciales, uno de los símbolos de su poder, el Edificio Interbolsa, ubicado en la Avenida 82 con carrera 12, dejará su nombre atrás para convertirse en Torre Andina.

El antiguo nombre en la fachada del inmueble fue retirado en la madrugada del jueves pasado, mientras que las letras que estaban sobre el techo del edificio ya tampoco hacen parte de su estructura.

Fuentes cercanas al proceso señalaron que esta decisión de remover los avisos que hacían alusión al Grupo Interbolsa fue tomada durante la última asamblea de copropietarios, en la que se dejó claro que la relación del inmueble con la comisionista estaba perjudicando la renta de los espacios en los que funcionaba la compañía y que hoy se encuentran desocupados.

Entre estos se encuentran las oficinas 301,302,303 y 304, que suman un área de 520 metros cuadrados y la 405. Por el momento, el piso seis está siendo utilizado por el liquidador de Interbolsa, Pablo Muñoz, para llevar a cabo sus funciones relacionadas con el caso.

Actualmente, dentro del inmueble operan la compañía Multinacional Danesa, la firma Recreacec Ltda, hay una oficina de las Naciones Unidas, algunas para consultores y arquitectos, y también funciona el Fondo Latinoamericano de Reservas, entidad que permite hacer a sus países miembros aportes de capital para ayudarse en periodos de crisis de balanzas de pagos, y quien está negociando la compra del sexto piso y el nombre del edificio.

De acuerdo con Jean Wettling, Karen Castillo y Scott Figler, consultores de la firma inmobiliaria Jones Lang Lasalle, este es considerado un edificio clase AB, o B plus, pues tiene buena seguridad, amenities, y la ubicación es ideal para muchas compañías multinacionales. En términos de precios, se están cerrando negocios de arrendamiento por $65.000 el metro cuadrado mensual.

Los expertos agregaron que los nombres de los edificios pueden nacer de la voluntad del constructor o de la firma que ejecuta el proyecto, pero en el caso del antiguo Edificio Interbolsa, el nombre se alquilaba. Cuando esto sucede, según los consultores, el nombre del inmueble corresponde a la firma que tiene mayor área dentro de la propiedad y, por tanto, esta hace parte de la imagen de la empresa. Así las cosas, las compañías pueden destinar de $9 millones a $12 millones mensuales, dependiendo de la ubicación del inmueble, al pago porque este ostente su nombre.

Clemencia Parra, presidente de Unifianza, señaló que, a pesar de que se podría pensar que el fraude de Interbolsa afectaría la valorización del inmueble que llevaba su nombre, la ubicación de este es tan buena, pues está en el corredor de oficinas más caras de Bogotá, que el valor de la renta no tiene un deterioro.

Además, Parra señaló que esta es una localización óptima para posicionar una marca a través de la adquisición del nombre de la propiedad, pues el tráfico de personas y vehículos es alto, además de que se encuentra próximo a tres de los centros comerciales con las tiendas más lujosas. En cuanto a la pronta renta de las oficinas, Parra aseguró que tampoco debería haber problema, pues esta zona es la más cotizada por las firmas en la ciudad.

La opinión

Jean Wettling
Vicepresidente de Consultoría y Transacciones JLL

“Lo consideramos un edificio clase AB, o B plus tiene buena seguridad, amenities, y la ubicación es ideal para muchas compañías multinacionales”.