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Porsche sustituye sus propulsores en la gama 718

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El nuevo 718 Cayman, como su gemelo descapotable, el Boxster, desarrolla 25 caballos más que antes en las dos versiones posibles. La ‘básica’ equipa un motor sobrealimentado de dos litros y 300 caballos, en tanto que el Cayman S alcanza los 350 gracias a un propulsor de 2,5 litros al que se ha acoplado un turbocompresor de geometría variable. La primera tiene un consumo oficial de 6,9 litros cada 100 kilómetros, y la segunda, de 7,3 litros, ambas en combinación con el cambio automático PDK de siete velocidades.

Solventada la cuestión de las prestaciones y la eficiencia, los ingenieros de Porsche se enfrentaban al reto de que los nuevos motores enamoraran como lo hacen sus motores atmosféricos. En esto la cuestión sonora era esencial, y todos los esfuerzos se concentraron en lograr un sonido distinto, pero igualmente cautivador. Como si se hubiera pasado de las grandes formas de la sinfonía a la encantadora y recoleta música de un cuarteto de cuerda.

Por supuesto, un coche de este corte deportivo exigía unas reacciones a la altura, tan rápidas como las que se espera de un motor de aspiración. De cumplir este objetivo se encarga una cifra de par superior a la del modelo anterior y disponible ya por debajo de las 2.000 revoluciones por minuto, así como funciones como el Dynamic Boost, que, cuando el conductor levanta el pie durante la aceleración máxima, mantiene la presión de admisión lo suficiente como para que la respuesta sea inmediata en cuanto vuelve a pisar el pedal derecho.

De serie, el 718 Cayman incorpora una caja de cambios manual de seis velocidades, mientras que de manera opcional puede llevar una transmisión automática (PDK) de siete marchas. También es equipamiento adicional el paquete Sport Chrono, que potencia el carácter deportivo del coche y presenta cuatro ajustes diferentes: Normal, Sport, Sport Plus e Individual.