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Qué hacer cuando el trabajo de tus sueños te decepciona

Ripe

Tras años de formación universitaria, en ocasiones incluso con dos licenciaturas, parece que por fin has encontrado el trabajo de tus sueños, pero un día te das cuenta de que no te gusta...

Aunque resulte extraordinario, esto ocurre con más frecuencia de lo que pensamos. Hoy a muchos jóvenes les inculcan la idea del "trabajo de sus sueños". Cada vez más gente espera encontrar un empleo que no sólo le ayude a ganarse la vida, sino que suponga un estímulo y cubra algunos aspectos emocionales.
Sin embargo, las fantasías sobre un determinado puesto pueden hacer que los candidatos no vean la realidad del día a día y tomen una decisión equivocada al optar por una determinada posición.

Para convertir en triunfo un empleo que es un sueño frustrado hay que vencer la decepción. A Caroline Winegeart siempre le dijeron que tenía un gran talento creativo, motivo por el que decidió enfocar su carrera hacia la publicidad y solicitar una beca en una agencia publicitaria de Nueva York: "Pensé que me abriría muchas puertas y que al final conseguiría el trabajo de publicidad con el que siempre había soñado".

En su primer empleo en la agencia McKinney, además de tener una excelente relación con sus compañeros, le ofrecieron un puesto estable en una de las firmas con una imagen muy innovadora. No obstante, no tardó en darse cuenta de lo difícil que era compaginar la gestión del presupuesto de dos cuentas, con atender un sinfín de llamadas y a los representantes de los medios y hacer labores de vendedora. El hecho de que la carga de trabajo y la presión fueran muy superiores a lo que esperaba, le hizo sentir el peso del estrés. Cometió el error de "dar más importancia al sitio en el que trabajaba que a la propia actividad".

Para convertir un empleo que ha resultado un sueño frustrado en un triunfo hay que vencer la decepción, ver dónde nos hemos equivocado y sacar el máximo partido a nuestras habilidades. "Una buena estrategia es preguntarse hacia dónde queremos ir sin tener que plantearnos un giro radical", señala Helene Lollis, presidenta de la consultora Pathbuilders.

El cambio inteligente

Eso implica, incluso, aprovechar nuestro actual trabajo para desarrollar nuestras capacidades y contactos que pueden ayudarnos a encontrar otro puesto. A Winegeart siempre le gustó utilizar las redes sociales, así que hizo que se convirtieran en un aspecto fundamental de su actividad. Esto le ayudó a encontrar un nuevo empleo que consistía en crear un departamento de redes sociales en una agencia más pequeña.

Su experiencia le llevó, años después, a dejar el mundo de la publicidad y a convertirse en directora de operaciones de IWearYourShirt.com, una empresa de márketing. Ahora Winegeart dirige su propio negocio de diseño web, MadeVibrant.com.

Los fracasos inesperados pueden ser beneficiosos cuando nos inducen a modificar nuestra forma de pensar, según un estudio de la publicación Social Psychology. Ashley Stahl dedicó toda su formación a prepararse para el trabajo de sus sueños: la seguridad nacional. Se licenció en relaciones internacionales, aprendió árabe y se trasladó a Washington, donde realizó más de 90 pruebas. A los 23 años, consiguió un empleo con un contratista de defensa para dirigir un programa para el Pentágono: "Estaba emocionada con esta oportunidad; me parecía increíble, un sueño hecho realidad".

Sin embargo, preparar a militares antes de su misión en Afganistán tenía inconvenientes que no se había imaginado. Comenzó a sentirse aislada en un mundo rodeado de hombres y tremendamente competitivo. "Trabajaba tantas horas que no tenía tiempo para nada", explica. También se dio cuenta de que había subestimado su aversión a la violencia: cuando la empresa le pidió que se planteara la posibilidad de viajar a la zona del conflicto, decidió dejarlo.

Con ayuda de un entrenador personal, Stahl se dio cuenta de que había ignorado las sugerencias de sus amigos, que siempre le hablaron de lo mucho que les ayudaba a enfocar su vida profesional y a encontrar empleo. Tras dejar su último empleo, ahora se dedica a orientar profesionalmente a jóvenes estudiantes.

La pregunta es cuánto tiempo deberíamos mantenernos en un trabajo en el que nos sentimos decepcionados. En algunos sectores, como el tecnológico, la rotación resulta mucho más habitual. Lo importante es no precipitarse y quedarse en el nuevo empleo de 12 a 18 meses para conseguir cierta estabilidad. Adele Scheele, autora de Herramientas para el éxito, cree que "si un puesto no nos satisface, y era el trabajo de nuestros sueños, no podemos irnos a la primera de cambio".

Un error muy habitual es escoger una carrera sin valorar los distintos factores como "la cultura, el estilo de gestión y la vida laboral". Cheryl Heisler, de la consultora Lawternatives, recomienda hacer una lista con los pros y los contras de un empleo para saber si nos va a satisfacer.

También ayuda hablar con personas que ya han trabajado anteriormente en el puesto y que pueden prevenirnos frente a posibles sorpresas.