"Queremos un Campín para unas 46.500 personas cumpliendo toda la normatividad"
miércoles, 22 de diciembre de 2021
Un consorcio presentó un proyecto para remodelar el estadio. La inversión sería de US$280 millones y duraría cuatro años y medio en construcción
Hace unos meses se presentó un proyecto que busca transformar el estadio Nemesio Camacho El Campín, de Bogotá. Su intención es transformarlo en un complejo cultural y deportivo. De acuerdo con Edgar Cardona, director del proyecto y vocero del consorcio, en 2022 podría aprobarse y, si se les asigna, la inversión sería de US$280 millones.
¿Hace cuánto y por qué decidieron estructurar este proyecto?
Las industrias creativas en el país han vivido una evolución importante. Esta empezó sin ninguna estructuración, política ni nada. Los promotores hacían toda la gestión y ya. En el 2011 sale la Ley del Espectáculo, que empieza a establecer unas condiciones técnicas y administrativas para realizar los eventos y la retribución al Estado. Ese primer año se recaudaron más de $8.000 millones vía tributo de esas actividades. En 2019, fueron más de $38.000 millones, es un crecimiento gigante de la industria, que puede ser 17% de la industria. En mis años de trabajo en la industria he entendido que tiene la oportunidad de crecer, pero tiene un problema y es que no hay infraestructura para realizar actividades culturales. Hoy las filas gracias a espacios como el Movistar Arena se han reducido mucho en tiempos y se ha aumentado el consumo. La infraestructura es parte de la experiencia y por eso iniciamos este proyecto. Con unos constructores que tenían la idea de remodelar el estadio nos reunimos y empezamos a trabajar. Nos dimos cuenta que la forma apropiada para hacerlo era a través del modelo de Alianza Público-Privada (APP), El público pone el predio y los privados ponen el capital, construyen y mantienen el activo y luego reversan al Estado el inmueble.
¿En qué fase se encuentra el proyecto?
Este tipo de proyectos tiene una gran cantidad de controles. A nosotros no se nos ha adjudicado el proyecto, estamos en una fase de estudio y faltan un par de años antes de que sea realidad. Nosotros ya hicimos la parte de prefactibilidad; luego viene la factibilidad que es un relacionamiento con el Estado, sigue la aprobación y contratación.
¿Cuánto se podría tardar la fase de factibilidad y aprobaciones?
Acabamos de radicar la fase de factibilidad con modelos financieros, de ingeniería y arquitectura muy profundos. Si nos dicen que sí, se daría entre marzo y abril del otro año. Posteriormente saldrá a una oferta pública, como cualquier otra licitación. A quién se le apruebe, lo hace. Si nadie se presenta nos lo ganamos, pero si no competiremos. A mediados y finales de 2023 recibirá el predio quien haya sido adjudicado.
De acuerdo con sus planes, ¿cuánto duraría la etapa de construcción?
Como lo tenemos estructurado dura 55 meses en construcción, es decir, cuatro años y medio. Esto se debe a dos factores fundamentales. El primero, no se puede construir por completo sino por fases porque el fútbol debe continuar; segundo, manejar el impacto sobre la comunidad.
¿Cuáles son las características que tendrá este proyecto?
El Estadio hoy tiene capacidad para 35.000 personas, pero no cumple ninguna norma técnica y por ende es necesario transformarlo. Queremos hacerlo para unas 46.500 personas cumpliendo toda la normatividad. Queremos que sea cubierto, con palcos, zonas de museos, de restaurantes, con las graderías más cercanas a la cancha. Con las condiciones que proponemos sería sin duda el mejor estadio de Colombia.
Tenemos otras áreas importantes, como el auditorio filarmónico, con capacidad para 2.500 personas y totalmente aislado. Habrá espacios deportivos con piscinas semiolímpicas, canchas para squash, tenis, patinaje, fútbol 8, zonas de e-gaming para generar una cultura sobre el tema. Tendríamos una turbina de caída libre, para simular el entorno de paracaidismo, boleras y cine. Esto es marketing experiencial, la idea es que disfruten y se queden más tiempo.
¿Qué inversión requiere y cómo se fondeará?
Este proyecto es de unos US$280 millones. El dinero saldrá de dos formas, por una parte, del capital de los inversionistas y por deuda. Nos hemos reunido con inversionistas y hay unas cuatro grandes compañías con cartas de intención para aportar el dinero de la deuda cercana a US$190 millones. Todo esto se concretará cuando se nos otorgue el proyecto.
¿Cuáles son los socios del proyecto?
En este momento hay más de 17 socios, de los cuales cuatro son constructoras como Promciviles, Concéntrica, Obras Civiles, entre otras. Hay empresas de medios audiovisuales, dedicadas a eventos.
¿Qué impacto económico se le generará a la ciudad?
Lo más importante es que ni el Estado ni los ciudadanos ponen el dinero, con lo que el riesgo es cero. Se generará empleabilidad durante la construcción de unos 1.400 directos y siete veces esa cifra en indirectos. En la operación generaremos más de 4.500 empleos directos. En términos tributarios deberemos pagar un porcentaje de la utilidad al Idrd. La valoración que tendrá el activo además será para el Distrito.
¿Cuál es el costo beneficio de este proyecto?
Dentro de las formulaciones económicas que hicimos, calculamos que en salarios serán $350.000 millones; en temas tributarios, de recuperación del espacio público, tributarios el impacto es de cerca de $1,2 billones.
¿En qué están trabajando para mantener el Palacio del Colesterol que ha generado preocupación?
Hubo una falta de comunicación. Como el proyecto no nos ha sido adjudicado, no podemos hablar directamente con las comunidades. El Idrd solicitó el espacio antes, para que cuando se dé inicio a la construcción, el precio esté sano, pero las personas no entendían por qué. Nuestro proyecto tiene una zona gastronómica para que se reubique.
¿Habría un impacto en el costo de la boletería?
Nosotros no hacemos eventos ni deportivos ni de entretenimiento. Lo que hemos planteado es no aumentar los costos a los promotores de eventos sino aumentar la circulación. Lo que vamos a dar es un mejor inmueble al mismo precio y ganar desde parqueaderos, consumo y otros costos de circulación. Si hay incrementos en los costos de la boletería, no dependerá de nosotros.