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Reglamentación de transporte de lujo no dejó contentos a taxistas y apps

Juliana Ramírez Prado

Aunque Uldarico Peña, fundador y presidente de Taxis Libres, dice que está de acuerdo con lo expedido, puntualiza que “quedó  faltando qué va hacer el Gobierno para que Uber y las otras aplicaciones no sigan pisoteando las normas de Colombia y a los taxistas. Ellos no pueden seguir despachando como transporte público en el país sin serlo”.

La reglamentación establece que los vehículos particulares no podrán prestar, bajo ninguna circunstancia, el servicio de transporte público de pasajeros. Lo que para Adriana Garzón, vocera de Uber en Colombia, es verídico.

Sin embargo, Garzón puntualizó que “la nueva  resolución es un desarrollo reglamentario del mismo decreto que salió el año pasado y por ende sigue siendo aplicable solo al entorno de taxis. Le permite a la persona propietaria de un cupo chatarrizar su vehículo para convertirlo en un taxi de lujo pero en ningún momento esa resolución está diciendo que las demás categorías no pueden seguir funcionando”.

Lo mismo considera, Omar Calvo, gerente de Cabify en Colombia, plataforma que se ha enfocado en el  transporte especial (corporativo, turístico, salud y escolar)  y que a partir de esta semana incursionará en el servicio de transporte individual en el país. Calvo afirmó que al limitar esto a los cupos se genera una  barrera de entrada en el mercado.

“La reglamentación no es suficiente para resolver los temas de demanda de este tipo de servicio”, agregó Calvo.

Entre los requisitos que se contemplan en la reglamentación sobresale que la habilitación será  intransferible y no podrá ser usada por otro medio de transporte, deberá haber una acreditación ante las secretarías de transito y se abre paso a una certificación que demuestre que conductores cuentan con competencias de atención al usuario.

Las plataformas deberán integrarse y migrar la información generada por la prestación del servicio al Sinitt (Sistema Inteligente Nacional para la Infraestructura, el Tránsito y el Transporte), las tarifas serán fijadas por la autoridad local y los vehículos deberán ser negros, con una franja lateral color blanco y  cuadros grises de 10 centímetros.

Frente a esto, Calvo rescató que en las mesas de socialización con el Gobierno, “ buscábamos la manera que el Gobierno le diera algún tipo de beneficio de transferencia a esa gran cantidad de vehículos que cumplen todas las característica de transporte de lujo y que lo único diferente que tienen es el color. Propusimos que el proceso durara ocho meses pero no fue posible”.

Las aplicaciones coinciden en que el Gobierno continúa en mora y seguirán operando mientras se expida una reglamentación que reconozca la nueva categoría de la que hacen parte  (vehículos de transporte privado compartido a través de plataformas) y se modifique la ley 336 de 1996.

Audiencia pública el 9 de junio
En un proceso distinto al que lidera el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Transporte, se busca hacer posible que los ciudadanos puedan compartir su vehículo privado a través de plataformas como Uber. El proyecto de ley que está cursando en el Congreso de la República es de la autoría de los senadores Juan Carlos Restrepo y Mario Fernández. Entre tanto, la comisión sexta de la Cámara de Representantes designó como ponente al representante Carlos Guevara, el cual citó el 9 de junio a una audiencia pública para escuchar la posición de las partes.

La opinión

Ómar Calvo
Gerente de Cabify en Colombia
“Las aplicaciones están en el limbo. Pareciera también que plataformas como Tappsi o EasyTaxi no serán legales hasta que se habiliten”.