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Sears, el abuelo del retail, afronta crisis 30 años después de salir de Colombia

Lina María Guevara Benavides

“Estaban ubicados estratégicamente, cerca al estadio Atanasio Girardot, eso es la calle Colombia, cerca de la carrera 70”, explicó Sergio Soto, quien dirige Fenalco Antioquia. 

Hoy, el gigante de comercio, que alcanzó a tener presencia en 17 mercados, está solo en Canadá, México, Puerto Rico, Honduras, El Salvador, Guatemala y Estados Unidos y afronta una crisis que lo ha llevado a anunciar el cierre de 150 sucursales de las marcas Sears y K-mart.

Este panorama se asemeja al que vivió la compañía en Colombia en los años 80. El cierre de la tienda de Medellín no fue el único que tuvo que hacer la multinacional y uno a uno los locales que había inaugurado desde su llegada en 1954 tuvieron que liquidarse. Por ejemplo, la tienda que había abierto en Barranquilla se convirtió en Sao 53 y la de Cali dio paso años después al Centro Comercial Passarela.

No solo el tamaño de las tiendas que tenía Sears en Colombia mostraban la importancia para el retail local; su nombre no es ajeno para una generación, que vivió cuando los barrios donde se ubicaba la empresa eran llamados Sears. Por ejemplo, en Bogotá, cuando la zona donde estaba el almacén de la estadounidense se empezó a llamar Galerías, los vecinos hicieron listas de firmas para que Julio César Sánchez, alcalde mayor de la ciudad, les restituyera el nombre.

La tienda proveniente de los Estados Unidos se convirtió desde entonces en el abuelo del retail local. ¿La razón? El gigante del comercio introdujo el primer concepto de centros comerciales al mercado colombiano, que en ese momento tenía como jugadores solo a tiendas de barrio y supermercados.

Su modelo se basaba en incluir en la experiencia de compra servicios de posventa, entregas a domicilio y pagos con crédito propio. Según Soto, este modelo hacía que los productos importados fueran asequibles para el consumidor colombiano.

La crisis que enfrenta

Esa misma crisis que hizo a Sears salir de Colombia en 1987, es la que enfrenta hoy, aunque por razones diferentes. De acuerdo con Raúl Ávila, experto en industria de la Universidad Nacional, en ese entonces, la cadena tuvo que enfrentar la competencia de marcas que llegaron con productos similares, aunque fueran pioneros y tuvieran la ventaja de la ubicación.

Las acciones de la compañía en Wall Street se han desvalorizado 90% en los últimos cinco años. El viernes pasado el título se cotizó en solo US$8,41. La empresa también registra caídas en sus estados financieros: para 2006 tenía utilidades por US$53.000 millones, cifra que se desplomó en 2015 y llegó a US$25.000 millones.

Esto, debido a los cambios en el comercio, que ahora se hace a través de medios electrónicos, adaptación que Sears ha hecho pero que no es competitiva frente a los otros jugadores del mercado. Por ejemplo, gigantes de la talla de Macy’s y EasyPay se aliaron con E-bay y Amazon, mientras que Sears intentó competir solo en ese campo. 

Los despidos de cerca de 10.000 empleados, la venta de su marca de herramientas Craftsman por US$900 millones y el cierre de 150 tiendas en el mundo, han sido los flotadores de Sears, pero el esfuerzo aún es insuficiente. 

Por ello, la empresa, comandada por Edward Lampert, informó que existen “dudas sustanciales” sobre su futuro. Aunque ya adelanta estrategias como la apertura de una cartera de crédito de US$200 millones para que la historia del ‘abuelo del retail’ no acabe antes de cumplir sus 132 años. 

Chicago, la primera tienda de Sears

Hace 131 años, en 1886, Richard Warren y Alvah Curtis Roebuck crearon Sears. La primera tienda fue abierta en Chicago y allí mismo se construyó una de las torres más altas de Estados unidos, la icónica Sears Tower. La idea, que inició como un catálogo, tuvo gran éxito en su país de origen y en los años 40 entró a competir en mercados vecinos como México y Canadá. Al mismo tiempo abrió tiendas en Puerto Rico, donde se mantiene. Sus años de oro la llevaron a tener locales en 17 naciones, pero su falta de innovación la obligó a irse de la mayoría.

La opinión

Sergio Soto
Director ejecutivo de Fenalco Antioquia
“Eran almacenes de gran reputación y muy prestigiosos en los países donde tenían presencia, pero empezaron a ver que no había un retorno”.

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