Laboral

Softbank promueve un sistema de negocios poco sólidos y a niveles sobrevalorados

Softbank se ha dedicado ha valorar a algunas empresas a niveles inflados, según el New York Times

Un reportaje del New York Times, que da cuenta de las inversiones que ha realizado Softbank, califica a la estrategia que ha promovido la compañía como un sistema sobrecalentado lleno de negocios pocos sólidos. El artículo incluye la manera en la que funciona la empresa colombiana Rappi, que cuenta con dinero de la firma dirigida por Masayoshi Son.

Según el New York Times, Softbank se ha dedicado a valorar a algunas empresas a niveles sobrevalorados. “Desde que el dinero comenzó a salir de Softbank han distorsionado por completo las prioridades y el enfoque de las empresas jóvenes en todo el mundo”, le dijo al diario norteamericano el profesor Len Sherman, del Columbia Business School.

Para argumentar esto, el artículo detalla la manera en la que funciona el Vision Fund, el fondo de inversión de riesgo de la compañía. El New York Times asegura que ha promovido un modelo donde hay demasiado efectivo y detalla cómo los fondos de riesgo invirtieron alrededor de US$207.000 millones el año pasado, prácticamente el doble de lo que se vio durante el auge de los negocios del ‘puntocom’ a principios de siglo.

El problema, según el reportaje, es que en medio de ese mar de dinero los empresarios operan con “poca supervisión” y “poca consideración por las ganancias” y al final terminan encontrando obstáculos. Dos de los ejemplos más conocidos son Uber, que decepcionó con su salida a la Bolsa, y WeWork, que sacó a su CEO y que tuvo que recibir un rescate de parte de Softbank.

Otro de los rasgos en común de estas inversiones, según el periódico estadounidense, es que el dinero se dirige a compañías incipientes, que tienen un modelo comercial que se basa en contratistas que prestan sus servicios. ¿El mensaje de Softbank? Que las empresas crecieran lo más rápido posible.

No obstante, según el artículo, muchas de las compañías usaron el efectivo de Softbank para tener incentivos que les permitiera tener la mayor cantidad de trabajadores posibles, “pero cuando no lograron obtener ganancias y SoftBank cambió su tono sobre el crecimiento, las compañías a menudo redujeron o renunciaron a esos mismos incentivos”, asegura el New York Times.

Por ello, aunque este modelo de contratación ha promovido las inversiones y creado oportunidades de trabajo, entre los empleados el descontento está creciendo. “Las protestas contra nuevas empresas financiadas por SoftBank han estallado en Nueva York, Bogotá, Mumbai y muchas más capturadas en video y publicadas en YouTube”, dice la nota.

Entre esas protestas, el New York Times destaca las que han realizado los trabajadores de Rappi, una compañía que depende de contratistas para prestar sus servicios, pero que descarga sus costos fijos y los riesgos de trabajo.

Softbank ha invertido US$1.000 millones en la empresa colombiana, lo que le ha permitido expandirse a nueve países sudamericanos. Sin embargo, el New York Times destaca cómo inicialmente les ofrecía a los Rappitenderos alrededor de US$1 por cada entrega y ahora redujo en 45% esta cifra, mientras que sus pérdidas anuales se triplicaron.

Además, detalla que cada uno de los contratistas debe asumir la mayoría de los riesgos del trabajo y recuerda la decisión de un juez en Argentina que obligó que la empresa dejara de operar hasta que proporcionaran a los trabajadores seguros y equipos de seguridad como cascos.

Según Simón Borrero, CEO de Rappi, citado por el diario, el modelo de la empresa "fue diseñado para trabajadores a tiempo parcial, no para aquellos que buscan un salario digno a tiempo completo".

Sin embargo, para Uma Rami, investigadora de la Organización Internacional del Trabajo, estas nuevas empresas intentan atraer a los trabajadores, pero cuando dependen mucho del empleo "entonces lo recortan. Esto es algo que estamos viendo sistemáticamente ".

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