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Superpolo destina $600 millones para nueva sede en Bogotá

Vanessa Pérez Díaz

El fabricante de carrocerías de buses Superpolo amplió su red de atención posventa en el territorio nacional con la apertura de una nueva sede en Bogotá, en la que se invirtieron $600 millones.

Las instalaciones están ubicadas en la Avenida Boyacá con carrera 19 y cuentan con diversas áreas de trabajo: vitrina de exhibición, almacén de repuestos, asistencia técnica, taller, zona de entrenamiento, entre otros.

Según el jefe de Posventa de Superpolo, Luis Miguel Moreno, el propósito de la compañía es evitarle a los clientes el viaje hacia Cota, donde hasta ahora se encontraba la sede principal de la firma Superpolo en la capital del país.

“El nuevo centro apoya a la red de servicio de la compañía, que cuenta con tres talleres activos y autorizados en Bogotá, uno en Cali, uno en Barranquilla, uno en Cartagena, uno en Bucaramanga y otro propio en Medellín”, agregó el vocero.

Algunos números interesantes en este proyecto son los puestos de trabajo creados (20), el valor del almacén de repuestos que operarán en la nueva sede ($400 millones en partes y piezas para la sustitución) y la capacidad de la sala de capacitación (18 personas).

Moreno señaló que gracias a esta inversión en infraestructura, Superpolo espera alcanzar ventas anuales superiores a $2.500 millones. Esta suma incluye la facturación por reparaciones, venta de repuestos y mano de obra. La compañía tiene capacidad para atender 60 buses mensuales.

Esta compañía posee más del 40% del mercado de buses en el país. Superpolo aseguró que esto equivale a la producción de 1.500 a 2.500 unidades al año.

Tecnologías de planta en el centro de servicios
Parte de la inversión hecha en el nuevo centro de servicios de Superpolo se concentró en la adquisición e instalación de tecnología, como por ejemplo el sistema de soldadura MIG que se usa en la planta de ensamblaje. Igualmente, se desembolsó capital para la operación de una red de herramientas neumáticas para mayor seguridad de los operarios. Por último, se activaron lámparas de secado infrarrojo y pistolas de pintura de última tecnología.