Transportadores terrestres de pasajeros han perdido $12.000 millones tras derrumbe
lunes, 30 de enero de 2023
Las empresas de transporte del Cauca han bajado en 50% su oferta de rutas autorizadas, mientras que las de Nariño lo han hecho en 70%
La emergencia vial debido al derrumbe en la vía Panamericana, más precisamente en el municipio de Rosas, Cauca, cumple 18 días. Las afectaciones han dejado estragos en al menos 283 familias, generando un incremento en los precios de los alimentos y golpeando fuertemente al transporte de carga que transita por ese corredor. A este escenario se suma el sector de transporte terrestre de pasajeros, el cual ha perdido alrededor de $12.000 millones en ventas en los primeros 15 días de bloqueos por el deslizamiento.
El Ministerio de Transporte ha abierto rutas alternas para compensar el desabastecimiento de varios productos y combustibles; sin embargo, se ha priorizado el paso para vehículos de carga pesada, dejando al sector de transporte de pasajeros en una posición que representa, no solo preocupación en términos de seguridad debido a los riesgos de accidentes, sino también en números rojos.
“Todos los despachos de compañías con origen en Ipiales, Pasto y Tumaco están incomunicados”, explicó Camilo García Moreno, director ejecutivo del Consejo Superior de Transporte, refiriéndose en particular al panorama actual del sector de transporte terrestre en Nariño, el departamento, tal vez, más afectado por el derrumbe.
No obstante, el paso por ese corredor ha afectado a varias compañías de transporte de larga, media y corta distancia pues, dice, se han generado pérdidas en ventas de hasta $12.000 millones sumando a todas las empresas que ofrecen este servicio y que de alguna manera transitan por el corredor.
“Lo que se necesitan son alivios por parte del Gobierno. Primero porque hay conductores parados y las empresas no tienen ingresos. Si el Estado no focaliza recursos en estas transportadoras, vamos a tener serios problemas económicos en las empresas de la región. Las compañías de media y larga distancia están afectadas, por supuesto, pero tienen mayores alternativas pues tienen el país abierto, pero las del sur podrían entrar pronto en una crisis muy fuerte”, agregó.
Pero el problema no se detiene ahí. Para José Yesid Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo Integral de Transporte Terrestre Municipal (Aditt), gremio de transportadores, los efectos del deslizamiento han generado dificultades aún mayores, tanto para pasajeros como para conductores y empresas.
El directivo explicó que, tras cumplir más de dos semanas de emergencia, se han visto afectados cerca de 12.000 pasajeros por día que se movilizaban por el corredor. Además, señaló que la operación ha perdido cerca de 1.500 despachos vehiculares que, normalmente, se hacen en el tiempo que ha durado la emergencia.
El gremio, por otra parte, precisó que las empresas transportadoras del Cauca han disminuido en 50% su oferta de rutas autorizadas, mientras que las de Nariño lo han hecho en 70%, un estancamiento que, dicen, ha generado pérdidas diarias de $600 millones y, en consolidado, $9.600 millones para Cauca-Nariño. “El panorama es muy difícil ya que las vías alternas no reúnen las condiciones técnicas ni de seguridad para todo el flujo que se mueve por la vía Panamericana. Esto puede generar una emergencia económica sin precedentes en la región y que requiere del apoyo del Estado”, apuntó Rodríguez.
Las empresas también sufren el impacto. Alejandro Zuluaga, cofundador y gerente comercial de Pinbus, plataforma de compra de tiquetes terrestres, señaló que de las seis empresas con las que trabajan, tres tienen congelados sus viajes y, las restantes, tienen restricciones de 90% por esa zona del país.
“De las empresas que solo tienen tránsito para esa zona del país (Cauca-Nariño) tenemos información que más de 50% de su parque automotor está atrapado en el departamento de Nariño sin tener forma de salir “, agregó Sebastián Orjuela, director de operaciones de la plataforma.
Ante el panorama, el sector busca alternativas de corto plazo para que su operación no se paralice en el primer mes del año, lo cual implicaría una afectación casi que permanente en el desarrollo de sus operaciones por todo el año.