Transporte

Ultra Air tendrá que reembolsar tiquetes y reubicar pasajeros hasta con vuelos chárter

Ultra Air

La Superintendencia de Transporte le solicitó a la Superintendencia de Sociedades que se inicié el proceso de insolvencia de la empresa

Iván Cajamarca

Ultra Air operó hasta la medianoche de ayer tras conocerse que quebró. En respuesta la Superintendencia de Transporte le exigió mediante requerimiento que ejecute sin excepción alguna, la totalidad de las medidas planteadas en el plan de contingencia para proteger a los usuarios, presentado ante dicha autoridad tras el requerimiento realizado el pasado 13 de marzo de 2023 y mediante la orden administrativa contenida en la Resolución N. 948 del 22 de marzo de 2023.

Entre las medidas se contempla el reembolso del valor del tiquete a los pasajeros que lo soliciten, la reubicación de pasajeros en vuelos de otras aerolíneas en las rutas operadas por Ultra Air, la contratación de vuelos chárter con otras aerolíneas y operadores no regulares y transporte terrestre en caso de no contar con vuelos regulares o no regulares. Así mismo, se les exige un plan especial para los pasajeros de San Andrés y Providencia y mantener los canales de comunicación con los usuarios para atender sus requerimientos.

La autoridad le solicitó a la Superintendencia de Sociedades que se inicie el proceso de insolvencia de la aerolínea Ultra Air, mientras que en paralelo reforzará su presencia en los aeropuertos del país "para atender a los pasajeros que resulten afectados por la suspensión de operaciones anunciada por la aerolínea Ultra Air, generando canales de articulación con las empresas que cubren las rutas donde operaba la aerolínea en mención".

A pocos días de la Semana Santa, cerca de 70.000 personas quedan sin una opción para viajar. Con el cierre de la aerolínea, que no pudo soportar más su crisis financiera, quedarán 17 rutas nacionales desatendidas, de las cuales 11 conectan con ciudades con playas. Entre los dueños se encuentra Carlos Ríos y la familia Sáenz de Autogermana, la familia Lince y otro inversionistas extranjeros.

A pesar de que Ultra Air solicitó al Gobierno Nacional apoyo tras la tormenta que se desató cuando se quedaron sin una propuesta de compra por parte de JetSmart, la empresa no pudo seguir funcionando. Si bien había anunciado que sus inversionistas iban a realizar una capitalización, las medidas posteriores que comunicó la compañía indicaban que la turbulencia no había cesado.

La semana pasada se anunciaron las primeras cancelaciones de vuelos y la venta de tiquetes, que posteriormente fue reanudada con el anuncio de la capitalización de la compañía. No obstante, el 27 de marzo, Ultra Air confirmó que había reducido su flota. Hasta ayer estaban operando con tres de los cinco que la integran.

La noticia de la muerte de la aerolínea de bajo costo mantiene en tensión el mercado aéreo colombiano, teniendo en cuenta que en su primer año de operación logró movilizar más de dos millones de pasajeros. Solo hasta el 17 de marzo de este año conectaron a 510.567 usuarios en el país.

Tras la quiebra de la compañía, 8,1% de participación en el mercado aéreo colombiano queda desatendido. Además, la sociedad acaparaba 14% de la representación en los destinos a los que volaba. Por ejemplo, competía con Viva Air, que representaba 20,8% del mercado en destinos como San Andrés y Cartagena.

Con la suspensión de la operación de estas dos aerolíneas, el mercado de las ‘low cost’ se modifica, quedando solamente Wingo, con una participación de 3%, y la posibilidad de que JetSmart entre a competir en el mercado doméstico colombiano, tras la aprobación de 27 rutas por parte de la Aerocivil.

La compañía liderada por William Shaw, mismo fundador de Viva Air, y con David Bojanini en la Presidencia de la Junta Directiva de Ultra Air, indicó que la salida de la tercera aerolínea con más representación de mercado "puso en alerta a los proveedores de la industria y a los arrendadores de aeronave, quienes empezaron a exigir pagos inmediatos".

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