Con imaginación surgen soluciones innovadoras y es clave en el manejo del talento

En el marco del People Day by Buk, la llamada feria más grande de Recursos Humanos en Latinoamérica, otra de las presentaciones fue la de Juan Pablo Neira, un conferencista mexicano que había dedicado su vida la producción y creación de grandes eventos, pero que en el camino de su formación descubrió en la magia su verdadera vocación.

Esta experiencia fue usada como insumo en su conferencia para dar algunas claves que les servirán a los equipos que manejan el talento humano en las compañías.

Lo primero que explicó fue que la motivación es el motor de todas las cosas, eso que él resumió en otras palabras como "echarle ganas", es clave para alcanzar las metas, de la mano de una buena actitud. Lo segundo que destacó es que la gente es la razón de ser de todo, de las compañías, de la familia, eso es el talento, es por quién hacemos las cosas. Finalmente, lo tercero que resaltó es que se necesita de innovación, de tecnología, y por qué no, de un poco de drama. "La actuación es la acción que cometes al principio y final de cada reto", comentó.

El conferencista hizo énfasis en cómo hacer que las organizaciones imaginen creativamente, partiendo que la imaginación es el resultado de hacer posible, lo que se percibe como imposible. "Dicen de la imaginación que es creación colectiva, que es lo que estamos haciendo como industria. La imaginación es el acto de inventar, de encontrar soluciones innovadoras, pedalazos a pedalazos encontraremos la fórmula no tan secreta de la imaginación. Es la voluntad de transformar el mundo que nos rodea, las relaciones, transformar la vida", dijo Neira.

Para el conferencista, la magia se convirtió en un juego, pasión e ilusión, que se asemeja a la vida misma, a las organizaciones y a los hogares. Recordó que todos somos dueños de nuestra propia magia con derecho y poder para transformarla.

Finalmente, haciendo alusión a los sombreros que usan los magos para sus presentaciones y shows de magia, recomendó emplear la enseñanza de los sombreros. "Hay que ponerse varios: el sombrero del explorador, de rutas y formas; del artista, ese hombre que en el lienzo le da vida a las ideas; el de un juez, que se convierte en el filtro interior; y el sombrero del guerrero, para defenderse", explicó.