“Vendemos cerca de 30.000 pares de zapatos Zodiak cada año en el mercado local”

Finalizando la década de los 90, en Medellín resonaba un jingle que marcó a toda una generación: “Zodiak, un guante para tus pies”. Los hombres jóvenes de aquella época tenían mayores posibilidades de llamar la atención si calzaban los apaches elaborados por esta marca.

El diseño era inconfundible, sus colores y materiales no tenían par en el mercado y los fabricantes entraron al Libro Guinness de los Récord, en la edición 1997. Su gerente y fundador, Andrés Posada, mencionó que renuevan constantemente sus diseños para mantenerse vigentes en medio de la abundante oferta.

Esta compañía retrata la realidad que enmarca la operación para buena parte de los fabricantes locales, quienes aseguran enfrentar una competencia desleal y levantan la mano para pedir acompañamiento a la industria y proteger los empleos.

¿Cómo inició la marca?

Los Zodiak nacieron hace 38 años, a partir del diseño de unos zapatos estadounidenses. A nosotros por curiosidad nos parecieron chéveres, nos inspiramos en ellos y empezamos a averiguar todo lo que se requería para fabricarlos.

No teníamos ningún conocimiento del sector calzado, tuvimos muchas dificultades, pero salimos adelante. Nos colaboró mucho un profesor que era del Sena, él tenía su propio taller y fuimos dando con personas que nos ayudaron a desarrollar la idea.

Tuvimos una gran acogida, la marca fue creciendo, luego pudimos participar en ferias, se fue abriendo el mercado y yo pude abrir mi propia fábrica.

¿Qué pasa actualmente con el producto, cómo se comporta la demanda?

Hemos renovado constantemente los diseños del apache y pensamos en nuevos desarrollos para mantenernos vigentes. Aunque tengo la apreciación de que los jóvenes tienen un gusto más inclinado por los importados; y uno no los culpa porque la tendencia de los tenis es muy fuerte.

¿Cuántos pares de zapatos venden al año?

En los últimos años hemos estado por el orden de los 30.000 pares, en 2022 fue un poco más y en 2023 fue un poco menos; todo depende mucho del ciclo económico.

¿Y qué tanto vendían en aquella época dorada de los 90?

Llegamos a producir más de 120.000 pares en aquella época de bonanza, que empezó desde finales del 96, estábamos más solos en el mercado, no había tantos importados y el zapato estaba de moda. La demanda era por los apaches que rendían más en la producción.

En aquellos días ustedes entraron al Libro Guinness de los Récord, ¿cómo es esa historia?

Eso surgió como una iniciativa para la decoración en una feria en Bogotá, queríamos llevar algo raro y nos dio por hacer un zapato gigante.

Luego nos dimos cuenta de que habíamos superado al que estaba registrado en los Guinness Récord, nos dimos a la tarea de escribirles a los directivos de la publicación y entramos en el libro, en la edición de 1997.

¿Hoy día cómo está la fuerza de distribución?

Tenemos alrededor de 250 clientes en el territorio nacional y ellos nos hacen los pedidos mayoristas.

¿Cuál es la perspectiva con la marca?

Queremos seguir adelante, pero el Gobierno debe controlar más el tema de las aduanas y pensar en una posible reducción de impuestos. Si no nos protegen nos iremos quebrando. Yo jocosamente digo que los zapateros estamos en vía de extinción, no por tener un mal producto, sino por que la competencia ha sido desleal, hay plataformas que venden sin pagar un solo impuesto.