Pedaleando la reactivación de la economía

Economista de Bbva Research para Colombia

La economía colombiana entró en una pendiente difícil de pedalear. Y no somos Tadej Pogačar, sino más bien un grupo de ciclistas recreativos enfrentando una montaña empinada sin la habilidad ni el equipo adecuados.

Empecemos por ¿Cómo aplanamos el recorrido? Bueno, recurriendo a lo tradicional, a lo que ya está inventado.

Las regiones de Colombia están (muchas veces) desconectadas entre sí, y los centros de producción no tienen un fácil acceso a las grandes ciudades. Un gran plan de infraestructura nacional podría tener un doble beneficio: ayuda al crecimiento de corto plazo y reduce notablemente los costos logísticos, con mejoras en productividad a largo plazo.

Este plan no es descabellado. El presupuesto para regalías es alto, los dineros del presupuesto nacional de inversión aún tienen baja ejecución y existen incentivos para obras por impuestos en las regiones que fueron afectadas por el conflicto.

Estos recursos, en buena parte, se pueden destinar a proyectos regionales de alto impacto: placa huella en zonas productoras, accesos para el turismo en regiones desconectadas con alto potencial, conexión de poblados a las grandes troncales para que se beneficien de la gran infraestructura, rehabilitación de infraestructura en mal estado, mejor diseño de las entradas y salidas de las grandes ciudades para que los avances en la movilidad nacional no se pierdan en los kilómetros finales y construcción de centros de salud y educativos con alta tecnología.

Las propuestas anteriores no tratan solamente de “echar cemento” en Colombia. Se trata, más que de eso, de lanzar adelante el vehículo de asistencia, para que rompa el viento, y los ciclistas puedan correr más rápido detrás de ellos. Otros sectores pueden ver allanado el camino para crecer si la construcción va adelante. Incluso si somos ciclistas recreativos, en un terreno llano seremos más eficientes al pedalear.

Y, claro, también necesitamos un terreno allanado para los empresarios. Desde el Gobierno se pueden promover rondas de negocios enfocadas a la inserción de las empresas colombianas en las cadenas de valor globales y nacionales. Y se podría ir más allá, descontando el valor de las inversiones en bienes de capital, solo en nuevas tecnologías, de los impuestos territoriales, más que del impuesto de renta nacional.

Ahora bien, ¿Cómo mejorar el estado físico del corredor? No solo de vías vive Colombia. Se requiere implementar un gran plan de vivienda nacional, tanto urbana como rural, que puede contener vivienda nueva de constructores privados, remodelación de viviendas existentes, o construir viviendas con dineros públicos, en lugares estratégicos, para luego venderlas a los hogares o comercializarlas a través de las inmobiliarias privadas. Al mismo tiempo, con presupuesto público, se pueden crear centros logísticos que reduzcan el costo de transporte y almacenamiento de la industria y la agricultura. Luego, los centros logísticos se pueden vender al sector privado para recuperar la inversión. Lo mismo se puede hacer para construir grandes proyectos de energía renovable. Además, se requiere optimizar y construir nuevos distritos de riego para que el agro colombiano sea más productivo. Finalmente, es necesario incentivar la sustitución de ganadería extensiva por agricultura a través de capital inicial, semillas, compras gubernamentales, apoyo en comercialización externa e interna, etc.

Si el corredor vive bien, descansa en centros logísticos bien adaptados, está hidratado y tiene una buena dieta entre cárnicos y productos agropecuarios, estará mejor preparado para correr.

En conclusión, las formas de reactivar la economía están inventadas. Lo que se requiere es que sea rápida y eficiente su puesta en marcha. Y se necesita de todos: sector privado y público, de hogares y empresarios.