Energía solar y eólica no supera 3%, pero hay potencial para aumentar su participación

En febrero se inauguró en La Loma, Cesar, el parque solar más grande del país, con 387 hectáreas y más de 400.000 paneles de Enel. Este es uno de tantos proyectos que se vislumbra en medio de un panorama de crecimiento para la energía fotovoltaica en el país, y más si se tiene en cuenta la incertidumbre que se ha generado por los posibles racionamientos de energía como consecuencia del bajo nivel de los embalses.

Según datos de la Asociación de Energías Renovables (SER Colombia), para inicios de 2024 la energía solar contaba con 487,24 MW de capacidad, estando por encima de la eólica, que contaba con 18,42 MW, y de la biomasa, que tenía 209,84 MW. A estas, las superaban las PCH (pequeñas centrales hidroeléctricas), con 931,65 MW.

“En Colombia, la participación de la energía solar y eólica en potencia no supera 3%, pero existe una apuesta para aumentar la participación con las recientes subastas de energía, que permitirá llevar a cabo una transición energética baja en carbono en los próximos años. Esa apuesta muestra un camino al que puede encaminarse el país, pero el mensaje es que se debe mantener la diversificación de la matriz de generación, un adecuado balance de costos y garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico nacional”, dijo Edder Velandia Durán, profesor e investigador de la Universidad de La Salle.

Velandia precisó que entre los obstáculos que debe enfrentar este tipo de energía están el costo de producción y la estabilidad de la generación. “En los últimos años, el costo de las inversiones por MW se ha mantenido estable por efecto de la pospandemia, aunque previamente la tendencia de reducción fue notable y este hecho ha facilitado las modelaciones financieras para los inversionistas.

Sin embargo, se debe recordar que la energía solar no puede ser la base del sistema de generación, entendiendo que sus picos de generación no coinciden con los picos de demanda del sector eléctrico y existe, igualmente, una variabilidad asociada a los aspectos climáticos”.

Una de las grandes compañías que está apostando fuertemente por la energía fotovoltaica es Celsia, que actualmente le aporta 350 MW al país, distribuidos en 17 granjas solares de más de 8 MW, que suman cerca de 300 MW. Nueve de estas granjas entregan energía al SIN (Sistema Interconectado Nacional) y ocho granjas atienden a clientes como Postobón, Arroz Diana, Cargill, Colombina, Levapan, Flor Suprema, Alianza Team, Solla, Amcor, Zona Franca del Pacífico y Quimpac. De estas granjas, nueve están ubicadas en el Valle del Cauca, seis en Tolima, una en Bolívar y una en Sucre. Según informó la empresa, la meta trazada es alcanzar los 1.000 MW para 2025.

Otro apartado importante son las que instalan sistemas solares para viviendas, las cuales también van ganando terreno. Una de ellas es Solmic, la cual, según su ingeniero de proyectos fotovoltaicos, Jorge Hernando Pinzón, “ha instalado 120kwp, de los cuales 80% son con almacenamiento de energía”.

Pinzón destacó que pese al buen panorama, aún hace falta dar algunos pasos importantes para lograr la transición energética a la que se pretende llegar. “Se requiere incrementar los incentivos para mejorar la transición energética en la industria y en los hogares”, comentó.

Colombia tiene una ubicación privilegiada

Nuestro país tiene muchas ventajas que lo hacen privilegiado para la generación de energía fotovoltaica, lo cual, a su vez, genera atractivo en los inversionistas. Además de la ubicación geográfica del territorio, sus niveles de radiación solar están por encima de la media mundial, con una radiación promedio de 4,5 WH/m3. Además, la legislación colombiana ofrece facilidades e incentivos como beneficios tributarios para las energías renovables, por medio de la Ley 1715 de 2014.