Hacienda

Paraguay espera ser de los que menos caiga con la crisis y también con el mayor rebote

La economía se está enfrentando como es natural, a un fuerte endeudamiento para contener los problemas del covid-19 este año

Joaquín Mauricio López Bejarano

El Banco Central del Paraguay (BCP) detalló por estos días en su informe de política monetaria que el covid-19, así como ha pasado en el mundo, generó desde los primeros cuatro meses del año un estrago económico en las cuentas y proyecciones del país, a tal punto que entorpeció los planes de salida de la recesión que comenzó en 2019, aunque confían en un alza mayor de 4% en el PIB para 2021.

Para tener un contexto, el pico de la economía en Paraguay se vio a finales de 2017, año en el que cerró con un alza acumulada del PIB de 4,9%, desde ahí empezó una senda de contracción que llegó en 2018 a 3,3% anual, y luego, en 2019, una baja de -0,04%.

Por eso, el Gobierno tenía la estrategia de 2020 enfocada en la producción agropecuaria e industrial para crecer más de 3%, hasta que apareció la pandemia y ahora se espera por parte del BCP una caída de 1,5%; lo cual es optimista frente a otras entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la calcula en -4%.

Aún así, en lo que sí coinciden desde el sector oficial y entidades extranjeras, es que las estrategias de reactivación que empezaron desde mitad de año lleven a que ese país se recupere notablemente entre 4% y 5%, y no solo eso, sino que sea de las economías menos perjudicadas en América Latina, por el efecto pandemia.

“La evolución del PIB se explica por una pronunciada contracción del consumo y la inversión, mientras que las exportaciones netas tendrían una contribución positiva al reducirse en mayor medida las importaciones que las exportaciones”, explicó Anse Galarza, analista de la consultora Contexto Económico Paraguayo.

En términos de balanza comercial, las exportaciones del país a septiembre cerraron en US$8.398 millones, pese a que fueron inferiores a las de 2019, también hubo una baja de las importaciones al pasar al noveno mes de 2019 de US$7.650 millones a US$7.294 millones este año.

Hace unos días, el presidente del BCP, José Cantero, dijo que su estimación de crecimiento para el próximo año, de 4%, será impulsada por la recuperación del sector secundario, principalmente la industria manufacturera y la construcción, a la par de las mejores proyecciones para el comercio y otros servicios (un segmento muy golpeado por la pandemia en 2020). También hay una ligera confianza en que, aunque hay cálculos de caída de -1,5% en 2020, incluso podría ser de solo 1%. “Repensar nuestro modelo de país hacia adelante. Garantizar la solidez macroeconómica está impregnado en nuestras instituciones que hacen a la política monetaria, financiera y fiscal. Y por sobre esa solidez, hoy estamos creciendo en capas, hay una capa de reforma estructural a la que se le adiciona la necesidad de un proceso de digitalización, no solamente del Estado, sino de toda la economía, mirando hacia un modelo más sustentable, más verde, que sea más competitivo”.

Para los expertos, Paraguay tiene un marco macroeconómico sólido basado en reglas fiscales, metas de inflación y un régimen cambiario flexible. Con el historial de una política macroeconómica prudente en la última década, una deuda pública baja y reservas de divisas adecuadas, se espera que las políticas macroeconómicas del presidente Mario Abdo Benítez, y las medidas de respuesta a la crisis, sean efectivas para absorber una parte del shock ocasionado por el covid.

Sin embargo, este país es vulnerable a una desaceleración económica interna resultante de las medidas para contener el brote y sus efectos (distanciamiento social, respuestas fiscales), así como una fuerte reducción de la actividad económica global y, sobre todo, en los países vecinos. Esto agravará otros riesgos productivos “preexistentes” y podría afectar desproporcionadamente los ingresos laborales de más de 60% de los trabajadores informales en el comercio y los servicios. Si bien el sector bancario de Paraguay tiene una exposición mínima a Argentina, los vínculos del sector real a través de las exportaciones y las remesas son más fuertes. Además, la concentración de las exportaciones en unos pocos productos agrícolas sigue permitiendo que el crecimiento y la pobreza sean vulnerables a las fluctuaciones en los mercados de artículos básicos agrícolas y a los choques relacionados con el clima (como se vio en 2019), que afectan, especialmente, a la población más vulnerable.

“Los sectores de la recuperación son principalmente servicios, que concentra gran parte de la empleabilidad y aporta al PIB. El otro sector es el agropecuario, pues no sufrió reveses”, agregó Fernando Masi, director del Cadep.

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