Ambiente

Visión para una Bogotá más resiliente al cambio climático

Colprensa

Los escenarios de cambio climático para Bogotá plantean que, de aquí al 2040, tendremos una tendencia de aumento en la temperatura de 0,65°C y de incremento del 35% en las precipitaciones en el occidente de la ciudad

Adriana Soto

En el 2024 Bogotá fue testigo de los efectos adversos del cambio climático. En los primeros meses, una sequía particularmente intensa generó incendios forestales sin precedentes que afectaron no solamente uno de los componentes más importantes de nuestra estructura ecológica principal, los Cerros Orientales, sino también la calidad del aire en el suroccidente, donde se encuentra la población socioeconómicamente más vulnerable de la ciudad. La sequía también afectó el régimen de precipitaciones en el páramo de Chingaza impactando con ello el principal sistema de suministro de agua potable Bogotá. Y si, en estos dos últimos meses, por allá escampaba, en nuestra zona urbana llovía intensamente generando inundaciones, deslizamientos y derrumbes.

Los escenarios de cambio climático para Bogotá plantean que, de aquí al 2040, tendremos una tendencia de aumento en la temperatura de 0,65°C y de incremento del 35% en las precipitaciones en el occidente de la ciudad, mientras que en el oriente tendremos una disminución del 15% de las lluvias. Esto implica que los eventos climáticos que hemos vivenciado este año, serán más frecuentes e intensos en los años venideros. Es por lo tanto urgente tomar medidas inmediatas para que centros urbanos como Bogotá, estén mejor preparados ante la crisis climática para el bienestar de su gente.

Uno de los ejes centrales del plan distrital de desarrollo de esta administración es la acción climática en donde, a través de estrategias y proyectos en aire , agua y suelos, se involucra no solamente el sector ambiente, sino también otros sectores clave como movilidad, hábitat y planeación. Nuestras decisiones de planificación, construcción y renovación de la ciudad se enfocan bajo premisas de ecourbanismo para minimizar los impactos ambientales y equilibrar la relación entre entornos naturales y construidos para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Es una apuesta para una ciudad más sostenible, más resiliente al cambio climático y, por ende, más competitiva.

La estrategia de ecourbanismo tiene objetivos claros: transformar áreas endurecidas en espacios verdes, y promover construcciones responsables con el uso del agua y de la energía. Este año, la Secretaría de Ambiente ha emitido criterios de ecourbanismo para 146 proyectos urbanos y arquitectónicos, fomentando el uso eficiente de agua y energía en edificaciones públicas y privadas.

Bogotá lidera en este campo: la ciudad cuenta con 521 proyectos que suman 138.576 m2 de techos verdes y jardines verticales, cerca de 12.000 m2 fueron promovidos en 2024. En el programa Bogotá Construcción Sostenible reconocimos cinco proyectos que lograron ahorros promedio de 40% en agua y 21% en energía.

Tenemos claro que el sector empresarial desempeña un papel clave en la transición hacia una ciudad más sostenible. Es por esto que hemos desarrollado herramientas como el Directorio de Construcción Sostenible, que incluye 82 empresas especializadas en productos y servicios verdes asociados a la construcción.

Otra iniciativa es el aval de Negocios Verdes. Hoy suman 135 las empresas que cuentan con buenas prácticas ambientales en el ciclo de vida de su negocio y que además han generado 1.514 empleos en el último año.

En la misma vía, Bogotá avanza en el diseño del ‘Plan de renaturalización y renovación urbana verde’, junto con el BID. Allí contemplamos soluciones como el incremento de cobertura vegetal en barrios y el fortalecimiento de sistemas urbanos de drenaje sostenible (Suds), para mitigar el impacto de lluvias intensas y otros efectos del cambio climático; reducir las islas de calor y la contaminación; e incrementar la biodiversidad para fortalecer la conexión de los ciudadanos con la naturaleza y, por ende, su bienestar.

La colaboración público-privada es esencial para multiplicar estos esfuerzos. Invitamos a las empresas a liderar proyectos que incluyan infraestructuras sostenibles, reduzcan su huella ambiental y promuevan energías limpias. Los beneficios son tangibles: mejor reputación corporativa, reducción de costos operativos y acceso a nuevos mercados. Y las ciudades, como Bogotá, lo agradecen.

TEMAS


Bogotá - Cambio climático - Temporada de sequía - Anuario Ripe 2024