“La exclusión financiera ha venido en aumento”

En esta entrevista, Ximena Cadena, subdirectora de Fedesarrollo, analiza los efectos de la reducción de la tasa de usura en el sistema financiero colombiano. A través de su análisis, destaca los desafíos que enfrenta el acceso al crédito para los más vulnerables, el aumento de la exclusión financiera y el auge de prácticas informales como el gota a gota.

¿Qué efectos negativos puede tener la reducción de la tasa de usura sobre la estabilidad del sistema de crédito?

La reducción de la tasa de usura puede restringir el acceso al crédito, especialmente para los más vulnerables quienes tienen mayor riesgo financiero. Al reducir el margen para cubrir el riesgo crediticio, las entidades financieras otorgan menos créditos a estos segmentos, empujándolos al mercado informal, donde las tasas son mucho más altas. Además, en el crédito productivo, la concentración en tasas subsidiadas limita el financiamiento para los que son nuevos emprendedores.

¿La reducción de la tasa de usura está excluyendo a los más vulnerables?

Sí. Las entidades priorizan clientes con menor riesgo, excluyendo a quienes tienen menores ingresos y menos garantías. Nuestro estudio en Fedesarrollo muestra que la aprobación de créditos de consumo y tarjetas ha caído entre 6 y 13 puntos porcentuales para personas de alto riesgo. En el sector rural, donde la tasa de usura se redujo aún más, los pequeños productores tienen barreras adicionales para acceder al financiamiento, afectando su crecimiento y desarrollo.

¿Dificulta la disminución de la tasa de usura el acceso al crédito para los consumidores de alto riesgo?

Definitivamente. Aunque la intención sea proteger a los usuarios de cobros excesivos, en efecto las tasas reflejan la probabilidad de incumplimiento, y si no permiten cubrir el riesgo, las entidades restringen la oferta a estos consumidores.

¿Cómo afecta la reducción de la tasa de usura a la inclusión financiera de los sectores más necesitados?

La exclusión financiera ha aumentado. En un año, 2 millones de personas quedaron fuera del sistema por la caída de 5 puntos porcentuales en la tasa de usura de créditos de consumo y ordinarios. En el sector rural, donde la reducción fue de 18 puntos, el impacto es mayor.