Hacienda
Biden, el presidente N° 46 de EE.UU.
Energía y emergentes, entre los que ganan con la llegada de Biden a la Casa Blanca
sábado, 7 de noviembre de 2020
Inversionistas esperan que se endurezcan reglas de exploración, producción y transporte de petróleo, lo que limitaría el suministro
Lilian Mariño Espinosa
Después de cinco días de escrutinios, Estados Unidos tiene un ganador de sus elecciones número 59. Se trata del demócrata de 77 años, Joe Biden, quien prometió construir sobre el legado que dejó Barack Obama y unir a los estadounidenses en un momento de alta polarización y con el mayor reto fiscal de la época moderna, generado por la pandemia de covid-19.
La victoria llegaría tras adelantar en Pensilvania al republicano Donald Trump, esto le sumó 20 votos electorales, con lo que alcanzó 284, superando el límite para llegar a la Casa Blanca.
Nació en Scranton, Pensilvania, pero creció en Delaware, estado del que fue seis veces senador. El ex vicepresidente en su campaña prometió ser una voz experimentada para navegar en los difíciles días de la crisis del coronavirus. En este punto, ha pedido que las pruebas sean masivas y gratuitas, al igual que una posible vacuna.
Pese a que, en términos de política de salud, no se esperarían grandes cambios, ya que la misma pandemia generó que este sector recibiera grandes inversiones y fuera una prioridad bajo cualquiera de los dos gobiernos, esto cambiaría si hay una decisión de la Corte Suprema contra la Affordable Care Act. Por el contrario, no se esperarían mayores cambios ya que siempre se ha opuesto a un “Medicare para todos”, a diferencia de otros demócratas.
Los cambios fuertes, según los analistas, se darían por ejemplo, en el lente fiscal, que, con un apoyo demócrata en el Senado, generarían una ronda de estímulo a gran escala, por cerca de US$2 billones o más, que impulsaría fundamentalmente el gasto en energía limpia, transporte y vivienda. Por el contrario el paquete de estímulo fiscal republicano que solo sería de US$500.000 millones o menos.
Según un análisis de BlackRock, “también puede generar impuestos más altos para las empresas y los más ricos. Sin embargo, la victoria de Biden con un Senado controlado por los republicanos probablemente conducirá a mucho menos estímulo fiscal, poca inversión pública y ningún cambio fiscal importante. La diferencia neta en el gasto entre los dos escenarios es de varios puntos porcentuales del PIB anuales durante varios años”.
Didier Saint-Georges, managing director y miembro del Comité de Inversiones Estratégicas de Carmignac, agregó que “es probable que el mercado tenga que seguir enfrentándose al mismo panorama complejo: un delicado equilibrio entre un crecimiento desafiado por el impacto económico de gestionar los riesgos del covid-19, cierto grado de estímulo fiscal, el apoyo imperativo de la política de los bancos centrales y la esperanza de que una vacuna esté disponible en algún momento del año próximo”.
Sobre la política comercial y exterior, se espera un retorno a políticas más predecibles, lo que beneficiaría a los activos de los mercados emergentes. Además, habría un impulso de la renta variable en estos mismos mercados. En este punto, los inversionistas también contarían con un dólar más débil.
Ahora, sobre la rivalidad comercial con China, no se manejaría la misma política y los analistas señalan que se mantendría la situación actual en sectores como tecnología, comercio e inversión, ya que hay un apoyo de los dos partidos para que el país tenga una posición más competitiva frente al gigante asiático.
Biden, que al momento de su toma de posesión tendrá 78 años, se convertiría en el presidente más viejo de la historia del país, algo que muchos intentaron usar en su contra en las elecciones, sin embargo, los analistas lo ven como una voz más diplomática ya que tiene la experiencia de casi medio siglo en la vida pública, y de hecho dentro de su partido es de los que más apoyan el valor del bipartidismo.
El apoyo a las energías renovables y políticas del cambio climático serán un foco fundamental. La expectativa es que una vez se haga la toma de posesión, Estados Unidos se una finalmente al Acuerdo de París y así aumente sus objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono. Los planes fiscales entonces estarían enfocados en impulsar incentivos para estímulos verdes coordinados con otros países.
Según BlackRock, específicamente los apoyos se centrarán en energía eléctrica, cambio en el transporte, edificios sostenibles y gastos en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías de eficiencia. “Se podría acelerar la descarbonización del sector energético, al extender y expandir los créditos fiscales para las fuentes de energía renovables y otras fuentes industriales sin carbono. Biden también ha propuesto una inversión significativa para reducir las emisiones en el sector del transporte y modernizar los edificios comerciales y municipales para aumentar su eficiencia energética. Es posible que industrias como la solar ya hayan descontado en gran medida la transición a la energía limpia, pero vemos otras oportunidades, como tecnologías de eficiencia energética y energía eólica marina”, explicaron.
Por el contrario, se espera también una política con más restricciones para las empresas de extracción, refinación y transporte de petróleo y gas. Esto disminuiría la extracción especialmente con fracking, lo que podría mover la oferta global y se prevé un alza en los precios del petróleo a corto plazo.
Las oportunidades de inversión entonces estarán centradas en sostenibilidad, transición energética y mejoras en eficiencia, con la renovación de edificaciones, planes que implícitamente buscarían disminuir las tasas de desempleo, cifra que llegó a 8,4% en agosto, después de subir hasta 15% en abril, cifra que no se veía desde la Gran Depresión.
Más restricción a los grandes monopolios
Como en Europa, la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden traería revisiones más fuertes a los monopolios del sector tecnológico, esto se sumaría a reformas fiscales que también le pegarían al sector de estos gigantes globales. Sobre este punto BlackRock señaló que estos cambios en la política regulatoria “que enfrentan las empresas de tecnología de megacapitalización son manejables. Y por esto vemos potencial para que el liderazgo dentro del sector se amplíe a un conjunto más amplio de beneficiarios en diferentes temas, incluida la conectividad 5G, donde el software y los semiconductores podrían liderar, ya que enfrentan menos riesgos regulatorios y disfrutan de tendencias de crecimiento. Otras empresas de tecnología también podrían beneficiarse de un cambio hacia la energía limpia”.