Corficolombiana advierte poca regulación en mercado de emisores sostenibles

Contribuir a la mitigación del cambio climático, financiar proyectos de energías limpias y lograr sostenibilidad, es la responsabilidad y objetivo empresarial de moda. Es por ello que se trabaja en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, para lo cual se crearon los mercados de carbono.

Según un estudio de Corficolombiana, en el país no existe un mercado regulado como sí ocurre en otras economías desarrolladas. Sin embargo, acá operan mercados de carbono voluntario, mientras se desarrolla un sistema propio para este fin. Las empresas que desean reducir emisiones de gases adquieren un mercado voluntario de créditos de carbonos. Un bono de carbono representa una tonelada de CO2 equivalente, mediante el desarrollo de un proyecto que resulta en la reducción de carbono.

Los proyectos incluyen la siembra de bosques, construcción de capacidad de energía renovable, proyectos de eficiencia energética, entre otros. Entre 2015 y 2021, Asocarbono analizó 94 proyectos del mercado de carbono con sectores de reducción de emisiones por deforestación, degradación forestal, aforestación, reforestación y de energía.

Se analizó la contribución de estos para alcanzar objetivos de desarrollo sostenible, obteniendo los siguientes resultados: Energía asequible: 2.262 MW, acción por el clima: reducción de 9,7 millones de emisiones y vida submarina: 666 hectáreas de ecosistema marino costeros conservados.

Según Corficolombiana, el mercado internacional redujo la tasa de rendimiento del bono a 10 años en moneda local, que ha sido más prominente en Colombia, Hungría y Brasil, registrando valorizaciones en el año de más de 200 puntos básicos.

Del top tres de países desarrollados estas valorizaciones superan el margen de 18 puntos. Las regiones que utilizan el sistema de comercio de emisiones son 55% del PIB global y abarcan 1/3 de la población. De los países de Latinoamérica, Colombia está en proceso de diseño del SCE.