Caída histórica del PIB

Reactivación económica, la clave

Jaime Alberto Upegui Cuartas

A lo largo de la historia, el mundo ha sido golpeado por múltiples acontecimientos que han dejado secuelas permanentes en su economía y de las que con gran audacia y determinación los países han logrado recuperarse. Los hechos más recordados nos remontan a la Gran Depresión de 1929, con una contracción económica cercana a 18% o la Segunda Guerra Mundial, con una reducción estimada por expertos de hasta 15 %.

Ahora en 2020, la covid-19 ha traído consigo una grave crisis económica en el mundo, a raíz de las estrictas medidas de confinamiento que han tenido que decretar los gobiernos para evitar contagios en millones de habitantes.

Para el Banco Mundial, la economía global se contraería 6,2 % en este año; la Cepal afirma que el PIB de América Latina se desplomaría 9,1 % y estimaciones hablan de una economía colombiana con una caída cercana a 7,5 %.

Justamente, el comportamiento del segundo trimestre del año en Colombia (-15,7% a/a) marca la cifra más baja desde que se presentan los indicadores de actividad económica en el país. Esto se da como consecuencia del cierre de la economía y la heterogeneidad sectorial de reapertura. Adicionalmente para el tercer trimestre, la ejecución de las medidas de cuarentena sectorizadas aplicadas en las regiones del país, también afectarán la reactivación económica.

Vemos cómo en abril se produjo el remezón más importante por los inicios de la cuarentena. Mayo y junio tuvieron un mejor comportamiento con una reapertura gradual de la economía como herramienta clave para la reactivación.

Ante este escenario, la estrategia del Gobierno Nacional, el Banco de la República y el sector financiero, ha amortiguado en buena parte la carga económica de personas naturales y empresas afectadas.

Justamente el sector financiero con su solidez y el aseguramiento de la liquidez por parte del Banco de la República ha demostrado que en difíciles e históricas etapas tiene capacidad de resiliencia para hacer frente a los impactos financieros, convirtiéndose en la columna vertebral de la recuperación. El óptimo nivel de solvencia de las entidades bancarias, que presentarán menores utilidades e incluso pérdidas en este 2020, hace que se conviertan en un instrumento determinante para superar o minimizar los efectos de un ciclo económico desafiante.

En términos de alivios financieros la Banca ha presentado un apoyo determinante a las empresas y clientes naturales con periodos de gracia otorgados a más de 11.700.000 deudores con más de 16.000 700 créditos por cerca de $224 billones. En la segunda etapa, el Plan de Acompañamiento al Deudor, busca darle continuidad a las medidas iniciales de alivio con estrategias focalizadas y personalizadas para cada cliente.

Adicionalmente, los bancos han garantizado que ni un peso del ahorro de los colombianos se pierda, siendo responsables en términos de colocación crediticia, que en la semana del 25 al 31 de julio, rondó $6,7 billones de créditos desembolsados a través de 4,5 millones de operaciones.

El trabajo coordinado entre el sector privado y el Gobierno, sumados a la reactivación de la economía nacional, serán imprescindibles en la recuperación. Aprender a convivir con el virus es la clave, ya que, ante un escenario marcado por la incertidumbre, el país se debe alejar de una recesión más prolongada, de un desempleo más alto y de problemas estructurales en ascendencia como la pobreza, previniendo un retroceso de diez años en el desarrollo, si la apertura de la economía empieza a normalizarse.

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