Industria
Con Toda por Antioquia
Antioquia conecta a Colombia
viernes, 5 de julio de 2024
María Bibiana Botero
Cuando se habla de competitividad en Colombia, es necesario mirar la contribución al PIB nacional desde las regiones. En 2023, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, Bogotá aportó 26.9% del PIB nacional, Antioquia 14.69%, Valle del Cauca 9.4% y Atlántico 4.06%. Para hablar de competitividad se debe hablar de y con las regiones. El desarrollo de Colombia se jalona desde los departamentos.
Antioquia es una región con un tejido empresarial fuerte y diverso, del que hacen parte grandes empresas de los sectores financiero, comercial, industrial alimenticio y de la construcción, que han apalancado el crecimiento económico por muchos años. Estas empresas conviven hoy con las economías de la Antioquia Emergente, que encuentra en Medellín un espacio privilegiado para el turismo, la hospitalidad, la industria musical y del entretenimiento, y es asiento del fenómeno que conocemos como “nómadas digitales”, jóvenes que viven y trabajan vía remota desde esta ciudad; a esto le sumamos un departamento con alto potencial exportador que encuentra en el tejido industrial y agroindustrial de nicho, alta especialización y soportado en talento y en conocimiento, la mejor forma de conectarse con el mundo.
Aquí los cafés de origen, las flores, el aguacate, los derivados del banano y el plátano, las creaciones textiles, la producción automotriz y otros renglones, configuran una economía creciente y con capacidad de complementar México y penetrar el mercado de Estados Unidos y Canadá. Es un panorama promisorio y esa es nuestra apuesta.
Para que estas oportunidades se materialicen, es fundamental la conexión a través de infraestructuras de calidad, responsabilidad del Gobierno Nacional. Obras como las vías de cuarta generación (4G), el Túnel del Toyo y la segunda terminal y pista del Aeropuerto Internacional José María Córdova son vitales. Para su consecución se requiere voluntad política y visión.
Su finalización no solo mejorará la conectividad de la región, sino que facilitará el transporte de mercancías y personas, impulsando la competitividad y el desarrollo económico de Colombia. Más que obras para Antioquia son infraestructuras nacionales que conectan el norte con el centro y el pacífico del país. Son proyectos necesarios que pasan por este Departamento.
El debate nacional sobre la competitividad debe pasar por el diálogo con las regiones, reconociendo su papel en el desarrollo y la pertinencia de invertir en ellas para apalancar el crecimiento de todo el país. El Gobierno Nacional tiene una conversación pendiente, no solo con Antioquia.
Debe honrar el compromiso de ejecutar las obras de infraestructura que forman parte de su Plan de Desarrollo en todo el país, a las que también se suman la prometida navegabilidad por el Río Magdalena, la conexión Pacífico-Orinoquía-Puerto Carreño, el dragado de Buenaventura, la ampliación del aeropuerto El Dorado, entre muchas otras. Todas, inversiones estructurales en la reactivación económica de Colombia y esenciales para el desarrollo económico y social del país.
Antioquia está lista para crecer y ayudar a crecer a Colombia. Sus empresas están dispuestas a aportar más allá de las obligaciones legales, como lo demuestran hoy a través de iniciativas como Obras por Impuestos, mecanismo en el que las empresas de esta región lideran la inversión privada en los municipios más vulnerables de nuestro territorio, casi $600.000 millones en los últimos seis años. El papel de quienes toman las decisiones es, entonces, facilitar el desarrollo regional que redunda en bienestar para todos. La confianza se construye con hechos, Colombia crece desde las regiones.